martes, 28 de abril de 2009

CS2009 — Etapa 4 (Camino de El Burgo Ranero)




¡Hola peregrin@s! Bienvenidos al pequeño pueblo leonés de El Burgo Ranero, la villa de las ranas. Aunque, por cierto, no hemos visto ninguna... ¿se las habrán comido las cigüeñas? Hoy hemos concluido la segunda de las etapas cortas de este año: solamente 18 kilómetros, bastante llanos... y monótonos. De nuevo hemos llegado a tiempo para comer aquí y todo parecía tranquilo hasta que la he pifiado por la noche... Si seguís leyendo, sabréis por qué...


El Puente del Canto

El día empezó sin mayor novedad... Nos levantamos un poquito antes de las ocho, hoy no ha habido problemas con ningún reloj, y tampoco hay que destacar ampollas ni nada parecido... Solamente Laura y Juanma tienen algún pequeño problemilla en forma de rozaduras, pero sin mayor importancia. Nuestros mejunjes parece que siguen funcionando.

El día amaneció como los anteriores: frío y soleado, con alguna nube. Tras desayunar en nuestro hostal de Sahagún enfilamos la salida del pueblo por el Puente del Canto, sobre el río Cea. Aquí había un camión aparcado que nos estropeó un poco la perspectiva para las fotos. De todos modos, pudimos hacernos alguna foto de grupo desde la orilla del río, donde también había un bonito crucero.






Bercianos

Hoy es otra de esas etapas sin apenas pueblos intermedios. El camino discurre solitario, únicamente acompañado por algún que otro árbol que la Junta de Castilla y León ha plantado para dar sombra al peregrino. A los tres kilómetros de etapa se pasa cerca del pueblo de Calzada de Coto, donde surge una ruta alternativa. Nosotros continuamos por el camino principal, de modo que no llegamos a entrar en este pueblo.

El camino es completamente llano y sigue una pista asfaltada de escasa circulación. Justo al mediodía, tras 10 kilómetros de etapa, alcanzamos el único pueblo intermedio de la jornada, Bercianos del Real Camino, donde cabe destacar tan solo la ermita de Nuestra Señora de los Perales, a la entrada del mismo. Hoy nos hemos encontrado con varios rebaños de ovejas y el primero de ellos ha sido precisamente en este pueblo.

En Bercianos nos recomendaron el mesón Rivero para tomar algo. A la entrada del pueblo, un viejecillo nos llegó a asegurar que era el sitio donde mejor y más barato se comía en todo el Camino. No creo que fuera para tanto, pero aprovechamos para pedir alguna ración y echarnos unos cafés calentitos. También nos sellaron las credenciales en este lugar.



Llegada a El Burgo Ranero

Los ocho kilómetros restantes hasta El Burgo Ranero apenas si tuvieron historia. Advertimos la presencia de algún tonto que se ha dedicado a embadurnar todas las señales del Camino con pintadas en favor del País Leonés. Viendo el resultado obtenido, me parece que le ha hecho un flaco favor a la causa.

Hemos hecho la entrada en el pueblo a las dos y media de la tarde. A la peregrina Laura me temo que le ha resultado un poco larga la etapa, al igual que estos últimos días... ¡y eso que este año las etapas son mucho más cortas y llanas que en los años anteriores! Teníamos reservado un pequeño hostal (El Peregrino) frente al albergue de peregrinos. En realidad, se trata de un bar-restaurante familiar donde alquilan habitaciones en el piso superior, dentro de la propia vivienda familiar. Los dueños, Teófilo y Julita, son gente muy campechana y encantadora. Una vez que nos acomodamos en las habitaciones, nos sirvieron unos deliciosos menús caseros.

En el alojamiento coincidimos con varios peregrinos italianos. En el albergue que hay frente al hostal sellamos las credenciales y vimos a la mayor de las peregrinas alemanas. Ahora sospecho que no iban juntas y que la joven debe de haber dado por concluido su tramo de Camino por este año.





Paseo por el pueblo

Por la tarde nos encontramos nuevamente con mucho tiempo libre. Tras las cremitas de orujo de rigor y la posterior siestecita, dimos un paseo por este pequeño pueblo que se recorre en un santiamén. A las afueras del mismo hay una pequeña laguna (por la zona hay varias) donde suele haber aves acuáticas y supongo que ranas y algún que otro bicho similar.

Lo que más se ve por estos lares son cigüeñas. También había varios rebaños de ovejas por aquí.

La verdad es que la única zona del pueblo que parece tener alguna animación es donde estamos alojados, ya que cuenta con el albergue de peregrinos y con un par de hostales-restaurantes. Precisamente en el que hay al lado del nuestro aprovechamos para tomarnos unas cervecitas mientras televisaban el partido del Barça de la Champions (contra el Chelsea, un clásico de nuestras tardes de Camino).


Cena y "desastre"...

La segunda parte del partido de fútbol coincidió con la cena, que también la hicimos en nuestro hostal. Pasando olímpicamente de la carta, Julita nos preguntó directamente qué nos apetecía tomar: como ya empezamos a estar un poco cebados con tantas buenas comidas, nos preparó una sopa calentita y algo ligero porque así se lo pedimos. Por cierto, que la decoración del comedor del hostal es muy bonita y refleja algunos de los monumentos más característicos del Camino leonés.

Y tras la cena, mi pequeño desastre de hoy. Nos pedimos varios pelotazos con intención de subirlos a la sala de estar del piso de arriba, junto a nuestras habitaciones, donde también hay una biblioteca con ordenador, televisor y objetos personales de los dueños. Antes de echar el primer sorbo a mi copa, al coger unos prismáticos de visión nocturna que tenían allí, se me resbalaron de la mano y se partieron en dos. ¡Menudo disgusto que tengo por esto! Son más de las once de la noche. ¿Qué hago? ¿Se lo digo mañana a la dueña y se los pago o me hago el sueco y que piense que ha podido ser cualquier peregrino de los muchos que pasan por aquí? Me temo que lo consultaré con la almohada. En cualquier caso, me he quedado empanado a raíz de esto porque, diez minutos después, se me ha caído también el móvil al suelo y se me ha descuajaringado... Menos mal que este sí que lo he podido arreglar... En cualquier caso, todos se alejan de mí, por si acaso...


Y mañana...

Bueno, pues con el tema de los prismáticos ya casi me da lo mismo la etapa de mañana, que nos lleva hasta la villa medieval de Mansilla de las Mulas, donde tenemos reservado un precioso hotel con encanto. Ahora mismo mi preocupación es otra... Mañana conoceréis el final de la historia... ¡Buen Camino!


Videomontaje fotográfico de la etapa

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