lunes, 27 de abril de 2009

CS2009 — Etapa 3 (Camino de Sahagún)




¡Hola peregrin@s! Hoy también os hemos dejado otro mensajito muy corto, como adelanto de lo que ha sido la etapa de hoy: la primera de una serie de cuatro etapas cortas, de menos de 20 km cada una. La de hoy, la más cortita de este año: solamente 16 km, prácticamente llanos. Pocas veces a lo largo del Camino tenemos ocasión de comer y cenar en la misma población y hoy ha sido una de ellas (y se agradece). Por cierto, hoy hemos dejado Palencia para entrar en tierras leonesas, que no abandonaremos hasta el final del Camino del año que viene... ¡Casi nada! Ahí va el relato de la etapa...


Comienza el día...

Como de costumbre, algo antes de las ocho de la mañana, toca diana en nuestra habitación. Os vais a reír, pero esto de los relojes parece ya un auténtico cachondeo. Como sabéis, yo ya llevo un par de días sin reloj, por falta de pilas: pues bien, hoy se le ha vuelto a parar el reloj a Juanma, con la mala suerte que ha sido sobre las ocho y cuarto, de modo que no se ha dado cuenta hasta que llegó la hora de bajarse a desayunar y él estaba a medio asear, pensado en que iba sobrado de tiempo. Si vierais la cara de agobio que se le ha quedado cuando, de pensar que iba más que sobrado, ha pasado a hacer un auténtico esprint para llegar a tiempo... Para mí que son sus ronquidos los que desajustan el mecanismo relojero, juajuajuas...

Poco antes de las nueve estábamos desayunando café con pan recién tostado y zumo en el bar del albergue. El tema de conversación ha sido el frío que hemos pasado esta noche. Nos cortaron la calefacción a poco de acostarnos y hacía un frío de aúpa. Yo he dormido con calcetines y me he echado la ropa de la mochila por encima de la colcha. Espero que no aparezcan los primeros resfriados. Por cierto, que en el bar entraron las dos peregrinas alemanas que os comenté ayer y con las que hemos coincidido varias veces a lo largo de la etapa de hoy. Algunas de las fotos en las que salimos los cuatro nos las hicieron ellas.


Los primeros pueblos de hoy

Bueno, pues como viene siendo habitual, con un buen retraso, a eso de las nueve y media, iniciamos la etapa de hoy. La mañana se presenta muy fría, bastante ventosa y el cielo se va cubriendo de nubes cada vez más amenazadoras. El recorrido transcurre por caminos paralelos a la carretera comarcal, en ocasiones, por su propio arcén.

La etapa de hoy tiene tres pequeños pueblos intermedios, todos ellos en la provincia de Palencia. Del primero de ellos, Terradillos de los Templarios, a 3 km de Ledigos, únicamente destacaría su moderno albergue de peregrinos, que hemos visto anunciado varias veces... Ay, si nos hubiéramos metido en éste en lugar de en El Palomar... También vimos un simpático borrico.

Tres kilómetros más adelante, llegamos a otro pequeño pueblo: Moratinos. Son las 11 de la mañana. Aquí cabe destacar su milenaria calle Mayor, con las casas edificadas con barro y adobe, y varias bodegas con las entradas excavadas en la montaña.





Una parada necesaria

El paisaje es más bien monótono pero el recorrido se ve animado, de algún modo, por la presencia de estos pueblos. Cerca del mediodía, justo antes de cruzar el límite provincial, llegamos al último de los pueblos intermedios de hoy: San Nicolás del Real Camino. De este último pueblo palentino conocíamos la existencia del mesón Casa Barrunta, con especialidad en raciones de queso y jamón. Como el mesón se hallaba en la entrada del pueblo, decidimos realizar una visita para tomar café y té bien calentito (cómo se agradecía) mientras degustábamos una exquisita ración de queso... ¡Riquísima! El lugar estaba ornamentado con apeos de labranza, lo que le confería un aspecto singular.

En este mismo pueblo, tras dejar el mesón, entramos en el albergue de peregrinos para que nos sellaran nuestras credenciales. A poco de abandonar este pueblo llegamos al límite provincial entre Palencia y León, donde nos hicimos varias fotos. Pasaban algunos minutos de las doce y media y ya divisábamos, al final de una larga recta, la población de Sahagún.




Llegada a Sahagún

A Sahagún llegamos a las dos de la tarde, luego de que el Camino dé un aparatoso rodeo para pasar por delante de una bonita ermita junto a un arroyo y un pequeño puente de piedra: es la ermita de la Virgen del puente. Aprovechamos este momento para realizar una pequeña parada antes de decidirnos a entrar en Sahagún. Por cierto, que casi me pilla una peregrina guiri cuando me recogí en la parte de atrás de la ermita para aliviar una urgente necesidad...

Ya en Sahagún, tras sellar las credenciales en un albergue de peregrinos (que estaba a punto de cerrar, porque eran las dos) dejamos nuestras cosas en el hostal (muy céntrico y acogedor, por cierto), y buscamos un lugar para comer. Nos decidimos por un cercano restaurante medieval que nos complació tanto, que por la noche también repetimos para la cena. Por supuesto, comimos bien y ambas comidas fueron rematadas por sus correspondientes cremitas de orujo, para desesperación de algún@ peregrin@ que yo me sé, jejeje...


Tarde-noche monumental

Qué tranquilidad da llegar a tu destino para la hora de comer. Nos encontrábamos por delante con toda una tarde libre para descansar o recorrer la villa, a nuestro gusto. Decidimos echarnos una buena siesta para recuperar nuestros maltrechos pies (aunque hoy no fue tan duro como otras veces), y a eso de las siete quedamos para recorrer el pueblo.

Sahagún es una auténtica preciosidad. Hay bellos monumentos por todas partes. Se la conoce como la capital del románico pobre, porque en sus construcciones se usaba barro en vez de piedra. Destacan sus iglesias con aspecto mudéjar construidas mayoritariamente con ladrillo (San Tirso, Trinidad y San Lorenzo) o los restos del Monasterio y Arco de San Benito. Junto a este último había un curioso monumento dedicado al peregrino, que simbolizaba la mitad del Camino de Roncesvalles a Santiago. Es curioso, pero es la tercera vez en estos días que vemos un mojón que representa el ecuador del Camino (supongo que será porque existen trazados principales y alternativos y el kilometraje varía de unos a otros).

El cielo está completamente cubierto y en ocasiones, chispeando. Como vamos muy bien de tiempo, decidimos relajarnos tomándonos unas buenas cervecitas en un pub irlandés. Pero antes hubo tiempo para visitar la Plaza Mayor de la villa donde un niño que estaba jugando al fútbol nos hizo una foto de grupo, junto al quiosco de la música.

Como ya dije antes, la cena la hicimos en el mismo restaurante medieval que la comida, hacia las nueve de la noche. Después regresamos al pub anterior, para culminar la jornada con unos soberbios pelotazos. Debió de llover mientras cenábamos porque las calles estaban mojadas. Cuando regresamos al hotel, vimos el ordenador encendido y no pudimos resistir la tentación de colgaros un mensaje "en directo".


Mañana, otra etapa corta

Y mañana, pues más de lo mismo, o eso parece. 18 kilómetros llanos hasta el pequeño pueblo de El Burgo Ranero, o sea, La villa de las ranas. ¿Veremos alguna? Mañana os lo cuento. ¡Buen Camino!


Videomontaje fotográfico de la etapa
(música de Era "Mother"):





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Otras entradas del blog relacionadas con esta etapa:

Crónica desde Sahagún

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