domingo, 8 de mayo de 2011

CS2011 — Etapa 8 (Camino de Compostela)




¡Hola peregrin@s! ¡Lo conseguimos! Tras 780 kilómetros de caminata, hemos llegado a Santiago para darle el abrazo al Apóstol. Hemos completado... ¡EL CAMINO DE SANTIAGO! Y lo pongo, así, con mayúsculas porque la hazaña bien lo merece. Ahora os escribo ya desde casa, en Madrid. Hace ya un rato que hemos llegado y son muchas las cosas que hay que contar desde el viernes. Esta última etapa del Camino se ha desarrollado en dos días: el sábado hicimos el recorrido y recogimos las compostelas, y el domingo asistimos a la misa del peregrino y le dimos el abrazo al Apóstol.

Todo comenzó el sábado a las 8.00 horas, cuando sonaron los despertadores...

La hora del desayuno

En esta ocasión hemos quedado media hora más tarde de lo habitual, a las nueve de esta mañana de sábado, en la cafetería del complejo vacacional de Monte do Gozo para desayunar de bufé. La etapa de hoy es muy sencilla: apenas cinco kilómetros de suave bajada y recorrido urbano hasta las puertas de la Catedral. No debería de llevarnos más allá de hora y cuarto u hora y media.

En el comedor donde nos encontramos vemos una gran mesa redonda que parece estar pensada para nosotros. Nos situamos alrededor de ella y cada uno de nosotros va recogiendo en el bufé aquello que más le gusta. Entre otras cosas, había unas raciones de tarta de Santiago que se quedaron escasas para nuestro voraz apetito. Ya he perdido la cuenta de la cantidad de raciones de tarta de Santiago que me he comido en este viaje... Y los demás tampoco son mancos.

El desayuno transcurre en medio del tono distendido de todos estos días. Ante la cámara de vídeo hemos mostrado alguno de los trucos utilizados en los distintos rodajes que habéis podido ver estos días en el blog.




Preparados... listos... ¡en marcha!



Son las diez de la mañana. Ya hemos terminado el desayuno y nos encontramos en el exterior del complejo. Ahora mismo no llueve pero lo ha hecho, y de forma torrencial, esta pasada madrugada. Así que los ponchos los tendremos que llevar bien a mano porque todo apunta a que en cualquier momento del día habrá que ponérselos. Y empezamos la etapa...

Este momento es inmortalizado en varias fotos y vídeos. Nuestra expedición, más numerosa que nunca, comienza el suave descenso hasta la ciudad de Santiago. Tori lleva inicialmente el carrito con el pequeñín del grupo para pasárselo, unos minutos después, a Laura. Nuestro pelegrín, de momento, no se queja.  Juanma y yo vamos rodando con las cámaras. Toñín, Bea y Luz siguen a nuestro paso...




Llegamos a Santiago... ¡y se pone a llover!


En seguida aparecen los primeros barrios de Santiago. El de San Lázaro, con la capilla del mismo nombre, nos da la bienvenida. Las nubes son cada vez más negras y acaba ocurriendo lo inevitable. Comienza a llover... y cada vez con más intensidad... Toca ponerse los ponchos. Los tenemos de todos los colores: azul, verde, amarillo y rojo... los colores del parchís. Los padres del niño cubren su carrito con un plástico, cosa que le hace poquísima gracia a José Antonio, que continuamente se lo quita de encima literalmente a patadas. Nuestro ritmo de marcha es muy lento y a ello contribuye, además de la lluvia, el habernos despistado alguna que otra vez al meternos por alguna calle equivocada...

A las once y media de la mañana entramos en el casco viejo de la urbe. En la Plaza de Cervantes hacemos una pequeña parada en medio del gran chaparrón que cae en estos momentos. Nos refugiamos en una zona de soportales, junto a otro grupo de peregrinos. Cuando parece que decae algo la intensidad de la lluvia nos dirigimos rápidamente a la Catedral, adonde entramos por la puerta de la Azabachería, frente al hermoso Monasterio de San Martín Pinario.

Afortunadamente la ciudad no está, ni mucho menos, masificada. Otra cosa es la Catedral. Hoy se conmemora el octavo centenario de la consagración de la Catedral, que está absolutamente llena de gente. Son las doce y diez y ya ha comenzado la misa del peregrino. La Catedral presenta, además, una iluminación espectacular pues el acto está siendo retransmitido en directo por la televisión gallega con presencia de las máximas autoridades de Galicia.

No podemos detenernos mucho tiempo aquí porque hay que recoger las compostelas así que Los 4+1 peregrinos nos salimos de la iglesia mientras el resto de la expedición se queda esperándonos dentro, en la misa del peregrino.




Entrada triunfal en la Plaza del Obradoiro


A las doce y cuarto Los 4+1 peregrinos abandonamos la Catedral y nos dirigimos a la Plaza del Obradorio. Para llegar a ella hay que bajar unas escaleras por el Arco de Palacio, un pasadizo medieval que desemboca en la citada plaza. Aquí nos detenemos un momento y nos ajustamos bien los ponchos porque la lluvia y el viento arrecian. Una vez preparados, retomamos la marcha y entramos en la Plaza del Obradoiro.

Son las doce y media de la mañana cuando Los 4+1 peregrinos pisamos el viejo suelo empedrado de la Plaza del Obradoiro. Tenemos frente a nosotros la estampa más conocida de la Catedral de Santiago de Compostela: su fachada barroca del siglo XVIII obra de Fernando Casas Novoa.

Pero la ciudad nos ha recibido con su cara menos amable: una copiosísima lluvia dificulta nuestros movimientos, sobre todo de cara a tomar imágenes. Pero tampoco eso nos preocupa demasiado. Un gran sentimiento de júbilo unido a multitud de recuerdos, de imágenes, de penalidades vividas en estos últimos cinco años nos vienen a la memoria en este momento: Roncesvalles, el Alto del Perdón, Hontanas, San Juan de Ortega, Molinaseca, O Cebreiro, y un largo etcétera.



Desde la protección que ofrecen los soportales que hay junto al Ayuntamiento, justo en frente de la Catedral, nos vamos haciendo las primeras fotos con la Catedral. Pero no tenemos mucho tiempo que perder porque nos queda algo muy importante que hacer...

En busca de la compostela y del último sello del Camino

Hay que recoger las compostelas y poner el último sello en nuestras credenciales, precisamente el de la Catedral. Y además, si la cosa va bien, tenemos que regresar a ella, donde nos espera el resto de la expedición, para presenciar los últimos minutos de la misa del peregrino y, ya si la cosa fuera bien del todo, incluso podríamos ver en funcionamiento el botafumeiro de la Catedral.

Para obtener las compostelas y el último sello nos dirigimos a la Oficina del Peregrino que está en el comienzo de la Rúa do Vilar, una de las calles más típicas de Santiago, junto a la Plaza de las Platerías (con la Fuente de los Caballos), al lado mismo de la Catedral. Nos han dicho que en esa Oficina suele haber colas de horas de duración.

Afortunadamente, cuando llegamos no hay prácticamente nadie. Todos deben de estar en la misa del peregrino de modo que en pocos minutos obtenemos nuestra compostela y el último sello del Camino, el más preciado, el de la propia Catedral. Para obtener nuestras compostelas hemos hecho dos colas: Juanma y yo en una, y Laura, Toñín e Isidro en otra. Juanma y yo acabamos en dos minutos; los demás debieron de enrollarse (¡¡Isidro!!) porque hubo que esperarles cerca de diez minutos.

Todo está saliendo a la perfección. Es la una de la tarde y ya tenemos compostelas y sellos y regresamos a la Catedral, no sin antes detenernos un momento ante su Puerta Santa para hacernos un par de fotos. Hasta parece que la lluvia quiere darnos una tregua...



El botafumeiro y la Catedral

A la una y cuarto de la tarde regresamos nuevamente a la Catedral. La misa del peregrino aún no ha terminado. Pero nos queda por ver lo mejor... A la una y media de la tarde, como colofón de la misa, ponen en funcionamiento el botafumeiro de la Catedral bajo los acordes del himno de Galicia y con la Catedral engalanada e iluminada como en sus mejores momentos. Qué momento más inolvidable. Lo he recogido, como buenamente he podido, en un vídeo.

Tras el botafumeiro concluye la misa y toda la expedición se dirige a la Plaza del Obradoiro. Ha dejado de llover y hasta parece que el sol, tímidamente eso sí, quiere unirse a nuestra fiesta. Son quince largos minutos los que dedicamos a respirar este ambiente de final de Camino. De objetivo cumplido. Nos hacemos un montón fotos...

Una de las imágenes más impresionantes que se puede ver de la Catedral de Santiago es la que se presencia cuando uno se tumba en la Plaza del Obradorio, con la espalda en el suelo, y mira hacia el cielo. Aprovechando que no llovía, fui yo el primero en acostarme. En seguida se me unió Laura. Y en un santiamén estábamos Los 4+1 peregrinos tumbados en el suelo presenciando la sobrecogedora silueta de la Catedral. Es un momento para cerrar los ojos, pensar en alguien o en algo, volverlos a abrir y recrearte con la silueta de la Catedral...







La hora de comer

Son las dos de la tarde y tanto ajetreo nos ha abierto el apetito a todos. Nos vamos a la cercana Rua do Franco, la calle santiaguesa de los restaurantes, y entramos en un mesón típico que, sin duda, vivió tiempos mucho mejores.

Aunque la cosa empezó muy bien, con un caldito gallego calentito y unos brindis con Albariño, incluido un brindis dedicado a nuestros fans, la comida, en general, dejó bastante que desear. En fin, esperemos desquitarnos mañana antes de regresar a Madrid.



La hora del café (en el Parador)

Acordamos tomarnos los cafés, chupitos y postres en el Parador de los Reyes Católicos, situado en la misma Plaza del Obradoiro. Además de admirar la exquisitez del lugar y de sus postres, cafés y licores, tuvimos ocasión de repasar, más sosegadamente, lo que había dado de sí el día.

En particular mostré al resto de contertulios mi compostela y tuvimos ocasión de bromear sobre algunos detalles de la jornada de hoy. Hay un tema que lleva apareciendo repetidamente en todas nuestras tertulias desde que nos comimos el pulpo en Melide: se trata del sistema Bluetooth para intercambiarnos fotos por el móvil; menudo cachondeo que nos hemos traído con esto en los últimos días...

Tarde de compras y de vuelta al hotel

Antes de regresar a nuestro hotel en Monte do Gozo aún hemos tenido tiempo de realizar una visita turística por las calles del casco viejo compostelano y para realizar alguna compra. Me consta que han caído unas cuantas camisetas y tartas de Santiago.

Antes de regresar al hotel, pasadas las seis de la tarde, se ha puesto a llover otra vez. Toñín y yo hemos cogido un taxi que nos llevase a nuestro hotel de Monte do Gozo. Una vez allí, nos hemos acercado con los coches a recoger al resto de la expedición. A las siete de la tarde, ya estábamos todos de vuelta en el hotel. Y fuera sigue lloviendo.

Otra noche loca en Santiago

Tras una pequeña siesta vespertina, por la noche decidimos cenar de raciones por el casco viejo de Santiago. Al igual que ayer, Tori se queda con el niño en la habitación del hotel.

Llegamos a Santiago a las nueve de la noche, cuando estaba lloviendo a cántaros. Imposible dar un paseo en condiciones con una lluvia tan copiosa. Así que nos dirigimos en primer lugar a una pequeña bodega muy típica del casco viejo, cercana a la Oficina del Peregrino, donde nos despachamos unos buenos vinos con alguna racioncita.

El resto de la noche compostelana lo pasamos en la taberna Sant-Yago, un lugar con una decoración muy bonita: las paredes son de piedra y en las grietas de las piedras hay monedas. Ya ni recuerdo la cantidad de raciones y de vinos que nos hemos metido en este local pero os aseguro que han sido unas cuantas... Qué ambiente más agradable y qué velada más bonita. Nos fuimos pasada la medianoche hacia el hotel y no paró de llover en ningún momento.



Y el domingo, la misa del peregrino y el abrazo al Apóstol

El domingo nos levantamos sin prisas (y sin lluvia). Es el día elegido para darle el abrazo al Apóstol, en la misa del peregrino. Así que, tras desayunar en el hotel y dejar las habitaciones, cogemos los coches y nos vamos para Santiago. Son las once y aún hay tiempo para detenernos un momento, por última vez, en el monumento del Monte do Gozo.

Llegamos a la Catedral a las doce y un minuto, justo cuando empezaba la misa. Tuvimos la suerte, además, de volver a ver en funcionamiento el botafumeiro, esta vez desde otra perspectiva y sin himno gallego. Al final de esa misa fuimos a abrazar al Apóstol y a visitar su sepulcro, donde no permiten tomar imágenes. También dimos una vuelta por la Catedral, que hoy no estaba tan llena como ayer. Observamos, con cierta decepción, que el Pórtico de la Gloria se encuentra en obras por lo que no fue posible acceder a él.



Comida del domingo y de vuelta a casa

Cuando salimos de la Catedral nos reencontramos con una vieja conocida: la lluvia. Qué pesadez tanta lluvia. Dicen que quien no ha visto Santiago con lluvia no ha visto nada... Pero también habrá que verlo con sol alguna vez, ¿no? El caso es que nos dirigimos hacia algún sitio donde comer y que borre la mala imagen de la comida de ayer.

En el trayecto, cruzando la Plaza del Obradorio, ejercí de buen samaritano haciendo un par de fotos, en pleno diluvio, a un par de peregrinas que también se estaban empapando en medio del chaparrón. Me imaginé lo que debían sentir en ese momento en que acababan su Camino y bien valía la pena un buen remojón por la causa jacobea.

Poco después, a la una y media de la tarde toda nuestra expedición ya estaba sentada en un buen restaurante de la calle del Franco, nada que ver con el de ayer. La comida fue excelente, predominaron los mariscos (el arroz con bogavante ganó por goleada) y en algún caso, como el mío, la carne en forma de suculento solomillo. Los postres también estuvieron a la altura de las circunstancias... Estando en Santiago y tras haberme comido tropecientas tartas de Santiago a lo largo del Camino qué mejor postre podía pedirme que... ¡otra tarta de Santiago!

Y desde el restaurante, literalmente al Aeropuerto. Primero tenemos que despedir a Bea y Mari Luz, que nos han acompañado el fin de semana y que regresan como vinieron, en avión. Y luego, el resto de la expedición, en dos coches, regresamos a Madrid de la misma forma en que llegamos a Samos hace una semana. Por cierto que, entre el trajín de ir al Aeropuerto y tomar la ruta hacia Madrid pasamos dos o tres veces por la zona de Santiago: ¿os creéis que cada vez que pasábamos cerca de Santiago se ponía a llover a cántaros y cada vez que nos alejábamos paraba de llover? Para mí que tienen una nube permanentemente situada sobre la ciudad...

El final del Camino... ¿y ahora qué?

Y hasta aquí lo que ha dado de sí el Camino. Son una infinidad las anécdotas que podría contar pero creo que ya me he enrollado bastante. Al final de este artículo os dejo dos vídeos. El primero es el habitual montaje musical con fotos de la etapa. El último es un montaje de ¡diez minutos! con fotos que hemos tomado a lo largo del recorrido de todas las etapas del Camino Francés, desde Saint Jean hasta Santiago, e incluye un apartado final de créditos y agradecimientos. Y como fondo musical, la sintonía del Camino.

Y ahora... ¿qué haremos el año próximo? Muy buena pregunta. La verdad es que tenemos muchas ganas de hacer más Caminos. Este año hemos concluido el Camino Francés, pero estamos sopesando andar, aunque sea parcialmente, otros Caminos como el del Norte (empieza en Irún, Guipúzoca), el Aragonés (empieza en Somport, en Huesca) o el Portugués (empieza en la frontera de Galicia con Portugal). Estos dos últimos son los que parecen contar con más opciones...

Pero, bueno, la decisión que tomemos la conoceréis en su momento. Me despido ya dando las gracias a la afición, a tod@s los que, en algún momento, habéis entrado en nuestro blog o nos habéis dado mensajes de ánimo y, también, a tod@s los que nos han ayudado en algún momento a lo largo del Camino. Familiares, amig@s, desconocid@s... A tod@s...

MUCHAS GRACIAS. Y, recordad... ¡¡¡¡¡BUEN CAMIIIIIIIINOOOOOO!!!!!

Videomontaje fotográfico de la etapa
(música de Karl Jenkins "Adiemus")


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El vídeo del Camino de Santiago Francés 2007-2011
Los 4+1 peregrinos
(música de Antón García Abril "El hombre y la tierra")



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Otras entradas del blog relacionadas con esta etapa:

Camino de Compostela (etapa 7 del CS2016)
 

2 comentarios:

chusa dijo...

Qué buenos recuerdos del Camino, y menudo caldito gallego que os metìsteis en el Parador...ya veo que el quinto peregrino se uniò con mucha marcha, asì que ahora a planear el siguiente. Pero a ver si practicamos el espìritu ascético con màs devociòn porque creo que ha habido bastante transgresiòn jaja...
Un abrazo a todos en especial al peregrinìn, y a mi hermanito Miguelito
desde Venecia, Chusa

Juanma dijo...

Poco hay que añadir a lo ya dicho por Miguel.
Pero este es mi sentimiento:

3 Hurras por los peregrínos

"hip, hip, ¡hurra!"
"hip, hip, ¡hurra!"
"hip, hip, ¡hurra!"