¡Hola peregrin@s! Esta noche de viernes os escribimos desde nuestro alojamiento en el complejo vacacional del Monte do Gozo, final de la etapa de hoy. Nos faltan menos de cinco kilómetros para llegar a Santiago. Ese recorrido lo haremos mañana y, además, en muy buena compañía porque esta noche, como ya sabéis, se han incorporado a nuestro grupo Bea y Mari Luz. Ellas nos acompañarán mañana en el recorrido de la etapa, al igual que Tori y el pequeño Jose. Vamos, la etapa de mañana la andaremos todos: peregrinos y no peregrinos, grandes y peques... De momento, ahí va el relato de lo que ha ocurrido hoy...
Empieza la etapa y de nuevo por el bosque
La etapa de hoy consta de 16 kilómetros con continuos altibajos. El tiempo es bueno, con temperatura agradable y bastante humedad. Pero, ojo, aunque de momento no llueve se esperan precipitaciones intermitentes en esta zona para todo el fin de semana que hoy comienza.
Como de costumbre, a las 7.45 horas suena el despertador con el fin de intentar estar a las 8.30 horas preparados para desayunar en la cafetería de nuestro alojamiento en Pedrouzo. Entre unas cosas y otras no salimos del hotel para iniciar la etapa hasta casi las diez de la mañana... ¡Nos vamos superando día a día!
Empezamos la etapa caminando por las calles del pueblo... y me huelo que este va a ser el único tramo urbano del día. En seguida giramos y nos internamos en el bosque. La primera población de cierta relevancia que nos encontraremos en la etapa de hoy será Labacolla, a 10 kilómetros de Pedrouzo. Pero, como ocurrió ayer, este primer largo tramo de etapa está salpicado de pequeñas aldeas. El paisaje que recorremos es el de un bosque cada vez más frondoso donde, de vez en cuando, se abren claros en forma de pequeñas aldeas.
En el Camino, hoy vemos más peregrinos que nunca. A pesar de ello, los sonidos del bosque pueden distinguirse perfectamente conforme caminamos y se convierten en nuestros invisibles acompañantes. Bueno, a veces también se escucha a algún peregrino, sobre todo a Isidro y a Toñín, decir alguna gansada. El verdor de los árboles y de la hiedra lo domina todo.
La presencia de las pequeñas aldeas de San Antón, Amenal y Cimadevilla rompen la hegemonía de tanto bosque. En una de ellas vimos un espacio abierto con bar y terraza repleta de peregrinos. Lo entendimos como una llamada pero, en esta ocasión, resistimos la tentación y continuamos nuestra marcha sin detenernos más que por un par de minutos.
Entrada en el municipio de Santiago
A partir de aquí, las sendas y caminos forestales que veníamos siguiendo nos van acercando poco a poco a los aledaños del Aeropuerto de Santiago. A las once y cuarto de la mañana nos topamos con un hito de entrada en el concello o municipio de Santiago de Compostela. Este histórico momento es aprovechado por todos los peregrinos que pasan por aquí para fotografiarse junto al hito.
Una de las fotografías que nos tomamos nos la sacaron un par de turistas suecas (ya de cierta edad) que caminaban cerca de nosotros. Les debimos de parecer algo simpáticos porque nos pidieron permiso para sacarnos una foto de grupo para quedársela de recuerdo. A la escena le pusimos, incluso, sonido, ya que mientras nos sacaban esa foto les cantábamos, en señal de agradecimiento, alguna estrofa de la canción Chiquitita del grupo sueco Abba. No tenemos foto de estas mujeres pero sí que salen en algún momento en alguno de los vídeos que os pongo (una es rubia y viste completamente de negro, la otra tiene el pelo blanco y viste jersey azul celeste).
Labacolla
A partir del hito anterior el Camino va bordeando los aledaños del Aeropuerto de Labacolla, en Santiago, precisamente donde aterrizarán Bea y Mari Luz esta noche. Pasamos muy cerquita de las pistas e, incluso, presenciamos el aterrizaje de un avión de Ryan Air, la misma compañía en la que vuelan las chicas esta tarde.
El camino forestal por el que andamos se adentra de nuevo en el bosque llegando hasta una nueva aldea, San Paio, donde hay una bonita capilla que se encuentra cerrada y en la que, por tanto, nos quedamos con las ganas de sellar nuestras credenciales.
Media hora después, a las doce y cuarto de la mañana, tras una buena subidita, llegamos a Labacolla, el pueblo donde se enclava el Aeropuerto de Santiago y que toma su nombre por la antigua tradición de que los peregrinos se lavaban en un riachuelo del lugar para llegar limpios y aseados a ver al Apóstol. Aquí también estaba cerrada la iglesia aunque, al menos, nos sacamos alguna foto de grupo frente al cruceiro en las escaleras que conducen hasta aquella.
Nos autoconcedimos quince minutos para tomarnos un tentempié en un bar cercano. Qué empanada gallega más rica... Y qué sello más cutre para nuestras credenciales... El primero de la etapa de hoy.
El final de la etapa de hoy
A la una menos cuarto reanudamos la marcha. A partir de aquí el Camino resulta algo menos agradable pues hay que andar por asfalto, aunque se trata de pistas poco transitadas por los coches. Un grupo de jinetes y algún que otro hermoso muro de piedra recubierto de hiedra fueron las notas más entretenidas de este tramo.
A un kilómetro del final de etapa está la pequeña población de San Marcos, con las oficinas del centro regional de Televisión Española, y donde se intuye la inmediata presencia del Monte do Gozo. También hay alguna que otra casa curiosa, como la casa do zoqueiro (casa del zapatero, vamos, la zapatería del pueblo) que nos enseña Laura en la foto.
Y, apenas cinco minutos después, nos encontramos junto al poste indicativo que señala la entrada en el Monte do Gozo. Ya casi, casi, hemos acabado esta etapa. Una primera oleada de entusiasmo nos invade. Parece increíble haber llegado hasta aquí. Pero la emoción, la guardamos para mañana...
El Monte do Gozo es un complejo que cuenta con varias infraestructuras. Lo más destacado es el monumento construido con motivo de la visita del papa Juan Pablo II. Y junto a este monumento, una sorpresa... nos encontramos con las chicas del numeroso grupo de chavales que nos acompañó en la etapa de ayer durante más de media hora. En cuanto se percatan de nuestra presencia nos reciben con un Porom-Pom-Pero que, por supuesto, recibe una respuesta de complicidad por nuestra parte.
Luego le pedimos a una chica de otro grupo que nos sacara un par de fotos de Los 4+1 peregrinos junto al monumento. Pero la chica, con más pinta de punki que de fotógrafa, en la primera foto cortó el monumento por la mitad; y en la segunda (que es la que os pongo a la izquierda), plantó un hermoso dedazo frente al objetivo... Bueno, al menos no nos decapitó...
La etapa de hoy la hemos dado por finalizada a las dos y cuarto de la tarde, una vez que hemos sellado nuestras credenciales en la cercana ermita de San Marcos, donde, por cierto, hay una representación de San Isidro Labrador. Y de aquí... al hotel.
El Monte do Gozo
Nuestro alojamiento aquí es el centro vacacional que está situado en el recinto del Monte do Gozo, junto al albergue de peregrinos. De camino a él Isidro se ha encontrado una credencial plagada de sellos de algún peregrino despistado. Lo mal que lo debe de estar pasando porque, sin ella, no le darán la compostela en la ciudad. No sabíamos muy bien qué hacer con esta credencial y finalmente la hemos dejado en el albergue de peregrinos, por si la reclama alguien.
Nuestro hotel de Monte do Gozo se distribuye horizontalmente en vez de en vertical. Está compuesto por naves o grupos de bungalós, siempre de un piso de altura. Las cinco habitaciones que tenemos reservadas están en uno de esos grupos y podemos aparcar los coches junto a ellas. Mientras los demás peregrinos se registran y cogen las llaves de nuestras habitaciones, Toñín y yo repetimos, por última vez, la operación habitual con los coches. Con el mío regresamos a Pedrouzo a recoger a Tori y al niño y, ya de vuelta en el Monte do Gozo, nos disponemos a comer en el restaurante del complejo. Estamos prácticamente solos y la comida es de bufé.
Hay que decir que ya no habrá más movimientos de coches de apoyo pues dormiremos aquí dos días. Cuando lleguemos mañana a Santiago en el final de etapa, la idea es regresar al Monte do Gozo en taxi o en autobús para recoger los coches.
Y por la tarde...
La tarde nos la hemos tomado con absoluta tranquilidad. Hasta las nueve de la noche, en principio, no llegan las chicas y de aquí al aeropuerto hay solo un cuarto de hora en coche. Así que hay tiempo para echarse una siestecita, para dar un paseo por el semivacío complejo, para desparramar un poco y para acondicionarse y encoloniarse (sobre todo sus parejas) para ir a recibir a nuestras queridas visitantes. Las chicas ya nos han avisado de que el avión sale con una hora de retraso.
La verdad es que todos estamos muy felices con la idea de que Bea y Mari Luz vengan a pasar con nosotros este fin de semana. De alguna manera, es compartir con ellas esas bonitas sensaciones que rodean a todo lo relacionado con el Camino. Pero, obviamente, son Juanma e Isidro a quienes se les ve más ilusionados.
Finalmente, Beatriz y Luz aterrizan en el Aeropuerto de Santiago a las diez de la noche. Isidro, Juanma y yo hemos ido a recogerlas con mi coche. Mientras, Laura, Toñín y Tori se han quedado en el hotel con el peque, pues a él le ha llegado la hora de su cena. A las diez y veinte ya está toda la expedición al completo en el hotel.
Noche en Santiago
Una vez cenado el peque, y también la abuela, que lo hizo en la cafetería del complejo, Los 4+1 peregrinos, con sus huéspedes de honor, decidimos realizar una escapada rápida a Santiago. Nos acercamos con los dos coches con intención de cenar y de tomar un primer contacto con la noche compostelana. Como ya pasaba de las once fuimos directamente al Casco Viejo, a la zona de los bares aledaña a la Catedral, para degustar, en un ambiente completamente festivo y distendidísimo, unas buenas raciones de productos de la tierra y brindar con Albariño por el éxito de nuestra empresa jacobea.
Aprovechamos la ocasión para hablar y reírnos de las innumerables anécdotas del Camino, del plan para mañana, ... y de muchas otras cosas. Abajo os dejo la única foto que existe de tan memorable encuentro.
Mañana, el final del Camino
Y así ha transcurrido la jornada de hoy. Ya estamos en el hotel. Acabamos de llegar hace un momento. Es casi medianoche. Ahora me voy a la cama. En la de al lado está Toñín, mi compañero de habitación de los últimos días. El pobre parece que esté condenado al destierro por las noches, pero son cosas de la distribución de las habitaciones. Y mañana... Mañana...
Mañana... La gloria... El final del Camino, 780 kilómetros después de haberlo empezado en Francia... El sello de la Catedral, el último del Camino... La compostela... La misa del peregrino en la Catedral... Y todo tras la última etapa del Camino, un recorrido fácil, cuesta abajo, de apenas cinco kilómetros, que recorreremos todos, incluido el peque José Antonio en su carrito.
Pero mañana... Mañana, también... Hay previsión de lluvia. Y, además, nos hemos enterado de que mañana se conmemora el 800 aniversario de la consagración de la Catedral con presencia de autoridades y de la Televisión de Galicia... Y justo en la propia misa del peregrino... No sé cómo saldrá todo, porque nos da verdadero pánico que después de cinco años de Camino lleguemos a una Compostela masificada... Pero, bueno, lo que ocurra os lo contaré, no mañana sino el domingo, ya desde Madrid, en la que será la última entrada del blog... Al menos, la última dedicada al Camino Francés... ¡Buen Camino!
Videomontaje fotográfico de la etapa
(música de Henry Mancini "BSO Éxodo")
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1 comentario:
Que momentos mas emotivos hemos vivido en esta penultima etapa del Camino. La llegada al Monte de Gozo resulta por un lado una gran satisfación por la gesta conseguida y por otro lado la sensación de que ya se acabó.
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