jueves, 5 de mayo de 2011

CS2011 — Etapa 6 (Camino de Pedrouzo)




¡Hola peregrin@s! Esta noche de jueves os escribimos desde Pedrouzo, un pequeño pueblo situado a veinte kilómetros de Santiago. El coche de apoyo adelantado ya nos está esperando a las puertas de Santiago de Compostela: concretamente en el Monte do Gozo, final de la etapa de mañana. Ya notamos que casi podemos tocar la ciudad del Apóstol. Hoy hemos recorrido otra etapa de transición, con compañía de bastantes peregrinos, buen tiempo y sin demasiadas dificultades. Además, la jornada ha concluido hace un ratito con un soberbio repertorio de pelotazos, clara antesala de las celebraciones que, sin duda, nos esperan para el fin de semana... Así ha transcurrido la jornada de hoy...

Despedida de Arzúa

Tras el ritual de levantarse, asearse y darse los mejunjes de todos los días, a las ocho y media, bueno, más bien a las nueve menos cuarto de la mañana, Los 4+1 peregrinos nos encontramos en el comedor del restaurante de nuestra pensión en Arzúa para desayunar. Pan tostado recién hecho con mermelada y zumos que nos supo a comida celestial.

Antes de marcharnos, a eso de las nueve y cuarto de la mañana, aún tuvimos ocasión de poner en nuestras credenciales el sello de Casa Teodora, el primer sello de Arzúa, pues ayer no llegamos a sellar en esta localidad.

Abandonamos Arzúa cruzando la parte vieja del pueblo con un tiempo agradable que nos acompañará todo el día. Como pasamos cerca de la iglesia de Santiago y San Pedro, y esta vez, al contrario que ayer por la tarde, sí que está abierta, aprovechamos la ocasión para entrar y sellar por segunda vez en Arzúa. Una vez completados nuestros objetivos de sellos, nos marchamos definitivamente de esta localidad.

Entre monte y aldeas



La etapa de hoy consta de 19 kilómetros de un perfil más llano que la jornada de ayer. En nuestro mapa de ruta para hoy la primera localidad que aparece indicada es Salceda, a once kilómetros de Arzúa. Pero esta información es un tanto engañosa porque esos once kilómetros están salpicados de pequeñas aldeas como Ras, Brea, Pregontoño, Peroxa, Calle, etc. Entre unas y otras nos encontramos con mucho monte y también con multitud de corredoiras, sendas, casitas perdidas en el campo, campos de maíz recién sembrado, etc. Vamos, más de lo mismo de todos estos días.

El ambiente en la caminata de hoy es cada vez más distendido. Isidro tiene una labia y una energía inagotables. Siempre se le ve con muy buen ánimo, abrazando un árbol para cargarse de su energía o con muchas ganas de mantener conversación o de soltarse por peteneras con alguna canción de Nino Bravo, aunque a veces no encuentra demasiada respuesta por parte del resto de peregrinos, sobre todo cuando el camino se empina hacia arriba y los demás vamos con la lengua fuera. Mientras, Toñín va recitando coplas del refranero tradicional de los grandes Clavijo y Montoya y que empiezan con... Tú que eres poeta...

En compañía de una chiquillada

La verdad es que con tanta pequeña aldea, y con el cachondeo que llevamos, en más de una ocasión nos hemos liado un poco y hemos perdido la pista de por dónde va el Camino. En una de esas aldeas hemos recorrido unos cuantos metros por dirección equivocada y al reincorporarnos al Camino hemos coincidido con un numeroso grupo de chavales gallegos que, al son de canciones populares, van haciendo su Camino...

Llevamos ya unos cuantos minutos andando detrás de estos ruidosos chavales. En un principio nos parece una situación divertida y nosotros también nos ponemos a cantarles, con cierta guasa, canciones como el Porom-Pom-Pero... Pero ya empieza a resultar algo cansino ir justo detrás de ellos todo el tiempo sustituyendo el sonido de árboles y pájaros por tanta cancioncita... El caso es que no terminamos de decidirnos a adelantarles...



Pero fue ponerse Isidro a cantar también aquello de Vamos a contar mentiras... por el mar corren las liebres... con nulo éxito (como era de esperar) en cuanto a seguimiento por parte de los chicos, para darnos cuenta de que adelantarles era ya una urgente necesidad pues estábamos empezando a desvariar gravemente nosotros también. Así las cosas, en un momento dado realizamos un sutil demarraje y perdimos de vista definitivamente a los chavales tras más de media hora de ruidosa compañía...

Parada y fonda en Salceda

Casi sin darnos cuenta, a las doce y cuarto de la mañana, arribamos a Salceda, primera aldea intermedia recogida en el mapa de ruta de hoy, y desde la que restan solo 25 km hasta Santiago. Aquí hacemos una parada en un lugar singular, A Casa Verde, un bar repleto de peregrinos y curiosísimamente decorado, donde tomamos un refrigerio y sellamos nuestras credenciales. Este establecimiento tiene sus paredes de color verde con multitud de notas y mensajes de otros peregrinos. A poco de entrar en el local vemos pasar de largo al grupo de chavales que habían caminado delante de nosotros... Que se alejen, que se alejen... —pensamos todos.

Tras veinte minutos de parón reanudamos la marcha. A los pocos minutos nos ponemos un poquito más serios cuando pasamos por delante de un pequeño monumento dedicado a un peregrino fallecido: se trata del monumento a Guillermo Watt, peregrino fallecido en 1993 a solo una jornada de Santiago. A lo largo del Camino (y no solo este año) hemos visto varios recordatorios parecidos. Pero nunca tantos como los que hemos encontrado por esta zona... Si es que esto es más duro de lo que muchos creen...

Las peregrinas de las Matutano

Pocos kilómetros después vivimos otra escena singular bien distinta en la etapa de hoy. Entre los numerosos peregrinos con los que nos cruzábamos, en un momento dado hay dos peregrinas que nos adelantan a un paso de auténtico trote pedorrero, sin mochilas, hablando entre ellas y comiéndose alguna chuchería de una bolsa de Matutano. Más parecía que fuesen de compras en plan pijo por la calle Serrano de Madrid que haciendo el Camino de Santiago. Aceleré el paso, con la cámara en ristre, y tras una larga persecución, siempre andando y no corriendo, conseguí sacarles una foto, escuchándose alguna que otra risotada de los peregrinos más cercanos.

Los últimos kilómetros de la etapa



En menos de una hora recorrimos los últimos kilómetros de la etapa, y con ellos, las últimas aldeas intermedias: Santa Irene, con un albergue donde hemos sellado las credenciales, y Rúa, a solo un par de kilómetros del final, con unas bonitas casas blasonadas. En los últimos kilómetros hemos atravesado espectaculares bosques de eucaliptos.

Desde Rúa podíamos haber seguido por la carretera hasta nuestro hotel en Pedrouzo pero finalmente lo hemos hecho por el monte, en medio de los eucaliptos, dando un pequeño rodeo. El caso es que a las tres menos cuarto hemos llegado al final de la etapa de hoy.



Pedrouzo

Pedrouzo, capital del municipio coruñés de O Pino, es un pequeño núcleo urbano enclavado en la parroquia de Arca. Nosotros estamos alojados en la primera planta, justo sobre los toldos de color naranja, del BuleBic, un establecimiento de corte moderno situado en la carretera misma, que es también la calle principal del pueblo; en realidad, más que una pensión parece una cafetería con servicio de habitaciones.

Mientras nuestros compis se registran y recogen las llaves de las habitaciones, Toñín y yo cogemos mi coche (que ha pernoctado junto a nuestro hotel en Pedrouzo) y regresamos a Arzúa a por Tori y a por el niño. A las tres y media de la tarde, una vez agrupada la expedición, comemos todos juntos en el BuleBic. La carta de platos combinados es amplísima.

El paseo de la tarde

En Pedrouzo estamos alojados en tres habitaciones. Laura, con su madre y el niño, en una habitación doble con baño. El resto de peregrinos, repartidos en dos habitaciones dobles pero con baño compartido para ambas. Las habitaciones miran a la calle y no están mal. Pero el baño... es bastante cutre.

Tras una pequeña siesta de rigor nos damos un paseo por el pueblo. La verdad es que tampoco hay mucho que ver. La iglesia de Santa Eulalia, románico-gótica, donde sellamos nuevamente nuestras credenciales, alguna tienda de productos gallegos y poco más. En el pueblo observé un cartel que me llamó la atención, pues en él había un mapa donde aparecían los nombres de los municipios vecinos de Boqueixón y Touro, tierras de mis padres.

Antes de la cena, Toñín y yo fuimos a preparar los coches de apoyo para la etapa de mañana. Esta vez mi coche lo hemos dejado como coche adelantado en... ¡el Monte do Gozo! Sí, de camino hacia allí ya vimos las torres de la Catedral, pues desde el Monte do Gozo apenas si hay cuatro kilómetros hasta Compostela. Estaremos alojados en el complejo hotelero del Monte do Gozo las noches del viernes (mañana) y del sábado (pasado), pero bueno, de eso, ya os hablaré otro día.


Cena y paseo por la noche

Ya de vuelta a Pedrouzo, tras terminar de acomodarnos en las habitaciones, bajamos a cenar a la cafetería del hotel. Laura, que estaba más cansada, se subió en seguida a la habitación, con su madre y el peque que, como podéis ver, es bastante juguetón. El resto de peregrinos decidió salir a explorar la noche de Pedrouzo... La exploración duró diez minutos, el tiempo que nos llevó recorrer el pueblo y constatar que solo había un par de bares que tuvieran cierta animación... Así que entramos en uno de ellos.

No estábamos solos en el bar, pues había un grupo de jóvenes que tenían más pinta de ser del pueblo que peregrinos. La noche dio para disfrutar de todo un desfile de pelotazos, de todos los tamaños y colores. Y hubo temas de conversación de lo más variopintos... anécdotas del Camino... mujeres... música (estaban echando vídeos musicales en la tele)... e incluso cine... ¿Os habéis fijado en el parecido físico entre Isidro y Alan Rickman, el actor que hace de malo en la primera parte de La Jungla de Cristal? Pues ese fue otro de los temas de conversación de esta noche. Pfff... ¡Jajajaja! ... No te enfades, Isidro, que ya te lo dije en su día... ¡eres clavado a este actor! Juajuajuajuas.

Mañana, a las puertas de Santiago y con visita de lujo

Pues hasta aquí lo que ha sido el desarrollo de la etapa de hoy. Estamos a unos veinte kilómetros de Santiago y eso se nota, sobre todo, por la mayor presencia de peregrinos. Mañana hay otra etapa aparentemente cómoda hasta el Monte do Gozo, de 16 kilómetros. Y desde ahí, cuatro y medio más hasta Santiago.

Pero mañana recibiremos también a unas visitantes de lujo. Este año, por motivos de trabajo, nos ha fallado Olga. Pero, en cambio, mañana viernes por la noche recibiremos la visita, hasta el domingo por la tarde, de Bea y Mari Luz, las parejas de Juanma e Isidro respectivamente. Llegarán en avión y probablemente nos acerquemos por la noche a Santiago, como preámbulo a la etapa del sábado que nos llevará hasta Compostela. Pero también se avecinan nubarrones... hay pronóstico de lluvia para todo el fin de semana en la zona de Santiago. Mañana os lo cuento. Ahora voy a hacer la digestión de los pelotazos de hace un rato... ¡Buen Camino!

Videomontaje fotográfico de la etapa
(música de Moby "Novio")




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Otras entradas del blog relacionadas con esta etapa:

Camino de Pedrouzo (etapa 6 del CS2016)

2 comentarios:

Juanma dijo...

Hemos comprobado, por la chiquillada como comenta Miguel, la alegría que produce en Galicia el realizar el Camino de Santiago.

Juanma dijo...

Isidro, realmente te pareces bastante al actor que hace de malo en "LA JUNGLA DE CRISTAL".