viernes, 26 de abril de 2019

CS2019 — Etapa 0 (Camino de Comillas)



¡Hola peregrin@s! Aquí estoy con los peregrinos Juanma e Isabel para contaros lo que será el relato de un nuevo Camino: en esta ocasión, uno de los grandes. Nada menos que el Camino del Norte.

Mañana sábado, partimos desde Comillas (Cantabria) para llegar el viernes que viene a la población asturiana de Avilés. Serán 170 km de caminata distribuidos en siete etapas (algunas de ellas largas y duras, como veréis). Nuestro regreso a Madrid tendrá lugar al día siguiente. Este año será el primero de los tres que emplearemos para llegar a Santiago en 2021, coincidiendo con el Año Santo. En el gráfico de arriba tenéis el recorrido completo del Camino del Norte y, entre las flechas, el tramo que haremos este año.

Ya casi es medianoche, estamos a punto de irnos a dormir en nuestra habitación triple del coqueto hotel de Comillas donde estamos alojados, y al que hemos llegado esta misma noche... Así ha trascurrido la jornada de hoy...

Autobús a Comillas

Nuestro autobús hacia Comillas sale de la madrileña estación del intercambiador de Avenida de América a las cuatro y media de la tarde y está previsto que llegue a su destino a las diez y media de la noche.

He quedado con Juanma e Isabel a las 15.45 h en la cercana cafetería de Hontanares repitiendo los mismos escenarios que en 2007, cuando Los 4 peregrinos nos dirigíamos a Logroño a iniciar nuestro segundo año de peregrinación.

Juanma y yo nos sincronizamos perfectamente pues llegamos a la cafetería a la vez. Nos tomamos unos cafés mientras a los pocos minutos apareció nuestra amiga peregrina. Ya los tres reunidos, cruzamos la calle para acceder a la estación. Hubo que esperar hasta cinco minutos antes de la hora de salida para entrar en el autocar. Por cierto, el recorrido del autobús finaliza en San Vicente de la Barquera, lugar donde terminaremos mañana la primera etapa del Camino.

El autobús salió puntual, a las 16.30 horas. Como es costumbre, en el momento de la salida repartí entre mis compañeros peregrin@s los cuadernillos de ruta de este Camino (Juanma, ¡no me lo pierdas como haces siempre...!, al menos que te dure un par de etapas... jejeje).

Hoy es el cumpleaños de una amiga nuestra, Esther, a la que felicitamos por WhatsApp durante el trayecto.

También intercambiamos mensajes con otros amigos por el móvil, entre ellos los peregrinos Laura y Toñín, que añoran sin duda, desde sus puestos de trabajo, sus andanzas en el Camino mientras nosotros les vamos describiendo nuestras vivencias.

Tras una parada para tomar un tentempié en Burgos, a media tarde, el autocar retoma su marcha. El paisaje va cambiando a partir de ahora y, conforme nos internamos en la región cantábrica, los colores verdes y los perfiles más abruptos se hacen predominantes. El autocar va dejando pasajeros en los pueblos cántabros de modo que, ya antes de las diez de la noche, solo quedamos nosotros tres y el conductor.

El bus nos deja... ¡junto al cementerio en medio de la noche!

Por fin, poco después de las diez, casi media hora antes de lo previsto, el autocar nos deja justo a la salida del pueblo de Comillas en medio de la noche. No se ve un pijo. Solo las luces del cercano cementerio gótico iluminan nuestra presencia. Sin saber hacia dónde queda nuestro hotel, ya que el chófer no conocía el pueblo, caminamos unos minutos sin rumbo en medio de un escenario de lo más lúgubre. Parece el decorado perfecto para rodar una película de miedo.


Finalmente, recurrimos al GPS del móvil para localizar nuestro hotel, en una urbanización también a las afueras del pueblo. Está rodeado de árboles y flores que desprenden un intenso aroma. Muy bonito todo aunque, por la falta de luz, es más intuición que otra cosa. La encargada nos recomienda varias opciones de lugares para cenar y, como eran ya las diez y media pasadas, dejamos todo en la habitación y nos dirigimos al pueblo. Por cierto, que el hotel está en el mismo recorrido del Camino, por lo que mañana pasaremos por aquí peregrinando.

Cena en Comillas

El pueblo está a solo cinco minutos andando desde el hotel. A las once menos cuarto nos metemos en uno de los pocos sitios que parecen abiertos y la elección se demostró acertada. Se trata de un mesón donde tomamos varias raciones, entre ellas una cecina gratinada al horno deliciosa, especialidad de la casa, con unas cervezas fresquitas y el omnipresente Aquarius de limón de la peregrina.

De vuelta a nuestro hotel, en medio de la oscuridad, se adivinan iluminados, a lo lejos, algunos de los monumentos de Comillas; en particular, el Palacio del marqués de Comillas y El Capricho de Gaudí. Seguro que mañana, a la luz del día, los podemos ver mejor y más de cerca.



La etapa de mañana

Pues ya estamos listos e ilusionados para comenzar mañana la primera etapa de este duro Camino: tan solo 12 km hasta la villa marina de San Vicente de la Barquera, cuna de algún cantante tostón de cuyo nombre prefiero no acordarme. Será la etapa más corta de este año y discurre, prácticamente llana, bordeando el litoral. La de mañana promete ser una jornada de apacible paseo junto al mar. Cruzaremos algunas de las playas más bonitas y espectaculares de toda Cantabria.

Pero eso os lo contaremos... ¿Hoy? No... ¡Mañana! Como ya es habitual en las vísperas de inicio del Camino, o sea, en lo que llamamos "etapas cero", os dejamos con el vídeo donde aparece el resumen fotográfico que os hacemos con imágenes de las etapas que están por venir y fondo musical de Alan Parsons. ¡Buen Camino!


Videomontaje fotográfico del CS2019
(música de Alan Parsons Project "Sirius")

2 comentarios:

Juanma dijo...

Tal y como cuenta el peregrino Miguel, la llegada a Comillas resultó extraña. En el pueblo no había ni un "alma" y para añadir dificultad no se veía nada.
Fue una hazaña llegar al hotel.

Juanma dijo...

Por cierto, las viandas que comimos para cenar estaban buenísimas.