sábado, 27 de abril de 2019

CS2019 — Etapa 1 (Camino de San Vicente de la Barquera)



¡Hola peregrin@s! Esta noche os escribimos desde la encantadora villa marinera de San Vicente de la Barquera. De nuevo estamos alojados en una habitación triple, esta vez en un céntrico hotel frente al mar. Aquí hemos concluido la primera etapa... ¡preciosa! del Camino del Norte. Solo han sido poco más de doce kilómetros, sin desniveles importantes, que han discurrido en todo momento muy cerca del mar.

La lástima ha sido la lluvia intermitente a lo largo de la mañana, y a veces también el viento, que aun así y todo, no han deslucido ni mucho menos el esplendor de los paisajes que hemos recorrido. A continuación tenéis el relato de lo que ha sido esta primera jornada del CS2019...

El despertar

A las ocho menos cuarto de la mañana suena el primer despertador del Camino. Primera noche de ronquidos agravada por unas almohadas duras como troncos.

Aunque la etapa de hoy es corta, es el momento de poner en marcha todas las rutinas de siempre: asearse por turnos, ponerse los mejunjes, preparar mochilas... La peregrina Isabel, además, ha de levantarse un poquito antes que los demás para dejar su mochila en recepción para que la recoja el servicio de Correos que se la trasladará hasta nuestro hotel de destino en San Vicente.

A las ocho y media abandonamos el hotel, sin desayunar,  no sin antes poner nuestro primer sello del día en nuestras credenciales. También hablamos con la encargada sobre el recorrido de esta primera etapa y ella nos recomienda seguir por la playa, como hace la mayoría de peregrinos, en vez de utilizar el itinerario oficial que va un poco más por el interior.

A la salida del hotel nos detenemos en apreciar a la luz del día su entorno, una zona verde con urbanizaciones. Además, vemos las numerosas flores que adornan la entrada del hotel y que desprendían tanto olor cuando llegamos anoche.



Así las cosas, a las 8.45 h nos dirigimos hacia el pueblo, donde iniciaremos oficialmente el Camino. Pero antes, parada obligatoria para desayunar ya que nuestro hotel no da desayunos. Resultó más que oportuna la presencia de una pastelería que hay justo a la entrada de Comillas, con productos típicos de Cantabria como sobaos, corbatas y palmeras gigantes, y en la que también sirven cafés. Nos despachamos a gusto. La verdad es que me quedé con ganas de cargar la mochila ahí mismo con alguno de esos productos pero, por una vez, mi conciencia supo detenerme a tiempo...

Comenzamos el Camino del Norte en Comillas

Ya bien desayunados, a las 9.30 h reanudamos la marcha. Estamos a un paso de la plaza con el Ayuntamiento antiguo y la iglesia de San Cristóbal, y decidimos que ese es un buen lugar para dar por iniciado el Camino 2019.

Tras el tradicional ritual de la grabación, por parte de Juanma, del inicio del Camino, nos ponemos en marcha. El albergue de peregrinos del pueblo está cerrado pero en el propio Ayuntamiento nos estampan en las credenciales el sello del albergue.

Recorremos un poco el casco viejo de esta bonita villa e Isabel aprovecha la ocasión para comprarse la vieira del peregrino en una tienda de recuerdos. En este primer paseo, nos llama la atención un curioso mural infantil con las otras "comillas" de Comillas.






Paseo turístico

Pero los monumentos más espectaculares de Comillas están fuera de la villa y no todos nos pillan de camino: la Universidad, el Palacio, El Capricho o el mismo cementerio gótico que pudimos contemplar anoche. Nos encaprichamos especialmente con poder ver El Capricho, que nos coge de camino, así que nos dirigimos hacia allí..

Nuestro gozo en un pozo. El monumento diseñado por el arquitecto Antonio Gaudí abre demasiado tarde para nosotros así que tenemos que conformarnos con verlo desde detrás de una verja de la colindante cripta del Palacio del marqués de Comillas, una zona preciosa y espectacular y desde la que pueden contemplarse, a lo lejos, la Universidad de Comillas y el cementerio gótico.

Por aquí estuvimos disfrutando de todos estos monumentos, haciendo fotos... El día está nublado y algo fresco... Y casi sin darnos cuenta nos dan las diez y media... y aún no hemos recorrido ni medio kilómetro de la etapa de hoy. Aunque nos da pena dejar el lugar, tenemos que reanudar la marcha.



Estreno de ponchos

Tan solo unos minutos después de reanudar la marcha pasamos por delante del hotel donde hemos pernoctado hoy. El itinerario discurre por zonas residenciales rodeadas de vegetacion. El cielo cada vez está más gris y no hay que esperar mucho para ponerse los ponchos. Cae una llovizna más molesta que intensa pero que, poco a poco, te va calando.

El Camino pasa por delante del campo de fútibol del Comillas y se dirige hacia el parque natural de Oyambre, en la ría de la Rabia. Se intuye la cercana presencia del mar.

Por momentos la llovizna desaparece pero no nos fiamos. Seguimos con los ponchos puestos pero quitándonos, de vez en cuando, las capuchas.

Por cierto, que por aqui discurre también otro Camino: el Lebaniego, señalizado con cruces rojas... Lo veréis seguramente en algunas de las imágenes que os pongamos en estos días...

El parque nacional de Oyambre es nuestro primer contacto con el mar... Prados verdes, con vaquitas, patos...





Mañana de playas

A partir de aquí el Camino entra en otra dimensión... Nos quedamos boquiabiertos con la grandiosidad de los paisajes que nos vamos encontrando... Verdísimos prados que conducen a espectaculares playas situadas al pie de acantilados. Primero la playa de la Rabia, contigua a ella la extensa playa de Oyambre... Más adelante la de Merón, antesala del pueblo de San Vicente de la Barquera... Verdaderamente espectacular. Todo lo que escriba es poco para definir estos paisajes.. La verdad es que nos sentíamos un poco raros caminando  con las botas y los ponchos por estos finísimos arenales... Pero aun así, todo esto era... sencillamente... ¡Grandioso!







 


Llegada a San Vicente

Casi a las dos de la tarde llegamos a la entrada de la ría que da acceso a la villa de San Vicente de la Barquera, justo al final de la playa de Merón. San Vicente ya casi puede tocarse.

En este trayecto, al hacer una de las innumerables fotos de esta jornada, perdí una batería y el trípode de mi pequeña cámara de fotos. Este último lo pude recuperar pero no la batería a pesar de que tuve que deshacer el último medio kilómetro para buscarla, algo que nos retrasó un poquito la llegada de hoy.

Finalmente llegamos a nuestro hotel, en la entrada del pueblo, algo antes de las tres, con el tiempo justo para dejar nuestras cosas, sellar las credenciales y marcharnos a tomarnos unas suculentas raciones en un mesón cercano. Así concluía esta primera etapa del Camino que tan buenas sensaciones nos ha dejado. A la derecha podéis ver la panorámica que vemos desde nuestra habitación del hotel.



Paseo por San Vicente

Tras la siesta habitual y, como de costumbre, con Nadal en la tele en las tardes del Camino (aunque esta vez sorprendiéndonos pues perdió contra Thiem en las semifinales del Godó), a las siete de la tarde bajamos a darnos un paseo por el pueblo.

Nos dirigimos primero al casco viejo, situado en la parte alta de la villa, y por donde tendremos que pasar mañana para salir del pueblo.

En esta zona se alzan el castillo y la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles. En esta última nos pusieron el último sello de la jornada.

Desde aquí se contemplan bonitas panorámicas de la ría de San Vicente, formada por la desembocadura de los ríos Escudo y Gandarilla, con el puente de la Maza al fondo. Por ese puente cruzamos a primera hora de la tarde para acceder al pueblo.



Ya de nuevo en la parte baja del pueblo, nos metemos en un sitio céntrico para tomarnos unas cervecitas primero y cenar después. Son las nueve de la noche. Pedimos rabas y croquetas que, sorprendentemente, dejaron bastante que desear pese a encontrarnos en la zona típica de las rabas.

Después nos acercamos a una cafetería, que cuenta con abundante pastelería también, para tomarnos los cafés acompañados de un merecido postre. Hay unos triángulos de yema buenísimos... Este sitio es candidato mañana a lugar de desayuno.

A las diez y media nos recogemos ya en nuestra habitación desde donde hago la foto de cierre de la jornada.

La etapa de mañana

Y así ha transcurrido la etapa de hoy. Mañana, otra etapa corta, la más pequeña de las que nos quedan... 14 kilómetros y pico hasta Unquera, población situada a orillas del río Deva y que a Juanma y a mí nos traerá recuerdos fluviales de nuestra reciente estancia, en el pasado otoño, por esos lares.

Aunque estamos cerca de la costa, la de mañana será una etapa de interior pues el mar lo dejaremos a nuestra salida de San Vicente y ya no lo veremos en todo el día. Pero seguro que los paisajes seguirán acompañando. ¿Qué tal se nos dará? Pues ya sabéis, eso... os lo contaremos... ¡Mañana! ¡Buen Camino!

Videomontaje fotográfico de la etapa
(música de Los Pekenikes "Cerca de las estrellas")



1 comentario:

Juanma dijo...

Comillas nos sorprende con sus preciosos monumentos.
Muy bonitos los paisajes y las playas que pudimos pisar en esta 1° etapa.
Como colofon de la etapa la bonita localidad de San Vicente de la Barquera y el acogedor hotel donde pernoctamos.