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¡Hola peregrin@s! Hoy os escribimos desde la preciosa localidad berciana de Molinaseca, donde destaca su bonito puente románico sobre el río Meruelo.

¡Hola peregrin@s! Hoy os escribimos desde la preciosa localidad berciana de Molinaseca, donde destaca su bonito puente románico sobre el río Meruelo.

Primeros kilómetros
En Foncebadón hacemos el primer movimiento de coches. Toñín y yo volvemos con el mío a Rabanal para recoger a nuestros acompañantes y dejamos el nuevo coche adelantado en el propio alto de la Cruz de Hierro, donde luego nos esperarán Tori y el niño. Olga nos acompañará andando el pequeño (pero empinado) tramo de Foncebadón a la Cruz de Hierro.
Tras sellar la credencial en el albergue, iniciamos la subida a la Cruz. Dice la tradición que los peregrinos deben llegar a esta Cruz con una piedra que depositarán al pie de la misma a la vez que piden un deseo. A las doce y media de esta soleada mañana hicimos cumbre. La verdad es que la Cruz estaba llena de piedras y de recuerdos jacobeos de todo tipo. La cruz es una réplica de la original, que se conserva en la Catedral de León, y se halla en una explanada rodeada por una gran zona de recreo con hermosas vistas. Por supuesto que aprovechamos para hacernos un montón de fotos por los alrededores.
A partir de aquí comienza la comarca del Bierzo a la vez que el Camino de Santiago inicia un fuerte descenso hasta el final de etapa. Decidimos dejar el nuevo coche adelantado en el pueblo de El Acebo, el primero de El Bierzo (a 10 km de aquí), junto con Tori, Olga y el niño, que nos esperarían allí y se encargarían de buscar un sitio donde comer todos juntos. La operación de mover los coches, nos llevó más de una hora porque la carreterita se las traía...
Descenso hacia El Acebo y comida allí
Entramos en el pueblo y nos dirigimos al albergue-restaurante donde Tori y Olga ya nos han reservado sitio para comer. Los pies nos queman literalmente del esfuerzo de este último tramo y el llegar con la mesa ya puesta nos parece todo un lujo. En el propio albergue-restaurante de El Acebo sellamos nuestras credenciales. En la comida no se habló de otra cosa que de la dureza de esta bajada... ¡Y lo que quedaba, pues la cosa pintaba igual hasta Molinaseca! Además, el retraso acumulado era notable y aún teníamos que regresar a por el coche retrasado a la Cruz de Hierro y dejar el coche adelantado en Molinaseca...
Descenso hacia Molinaseca
La verdad es que el recorrido hacia Molinaseca es muy bonito. En seguida nos encontramos con el único pueblo intermedio, El Riego de Ambrós, muy lindo y cuidado. Prácticamente el descenso es continuo desde que hemos salido de El Acebo, pero al menos ahora el recorrido no es tan pedregoso. Las vistas son preciosas en todo momento, en particular algunas zonas pobladas de castaños.
Aunque el paisaje es agradable, el recorrido se nos está haciendo extremadamente largo. Llegamos a Molinaseca a las ocho y media de la tarde, ya anocheciendo: nunca hemos llegado tan tarde a ningún lugar de fin de etapa. Juanma y Laura habían llegado una hora antes. Nuestras habitaciones están en los pisos superiores, de modo que también hay que agraceder esta propinita extra... Pero nuestra desgracia aún no había terminado...
Molinaseca, en el corazón del Bierzo
Nos dijimos, vista la hora que es: hacemos el cambio de coches mañana a primera hora y así podemos echarnos una ducha, descansamos algo y cenamos tranquilamente... Pero, cuando voy a buscar mi mochila me doy cuenta de que me la he dejado, junto con la de Toñín, en el maletero del coche retrasado que está en El Acebo... Otra vez hay que ir hasta allí. ¡Cago en...! Ya de noche, nos volvemos Toñín y yo a El Acebo a recoger mi coche y, a las nueve y media de la noche regresamos con los dos coches a Molinaseca donde, ahora sí, descansarán hasta mañana.
Molinaseca es un precioso pueblecito del Bierzo, donde destacan sus iglesias y, sobre todo, un puente románico con muchos arcos. Con el día que hemos tenido, apenas si hemos tenido tiempo en fijarnos en las bondades estéticas de este lugar.

Mañana, a Villafranca
Pues tras la paliza del día de hoy, mañana 31 kilómetros hasta Villafranca del Bierzo, en la típica etapa rompepiernas. Pasaremos por sitios como Ponferrada pero no tendremos líos de coches hasta el final de la etapa, porque mañana Laura no anda: ella conducirá el coche de apoyo mientras el mío se quedará aquí en Molinaseca hasta que vengamos a recogerle al final de etapa. Pero eso, os lo contaremos mañana. ¡Buen Camino!
Videomontaje fotográfico de la etapa
(música de Never Been There "Galápagos")
(música de Never Been There "Galápagos")
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