Pues aquí estamos otra vez, peregrin@s. Como habéis visto, esta tarde nos hemos conectado "en directo" a internet y os hemos puesto in situ un mensaje con comentarios e imágenes de lo que ha sido este Camino 2008 hasta el momento. Si podemos, lo repetiremos más veces. Ahora os cuento con un poquito más de detalle cómo ha sido esta calurosísima etapa de 21 kilómetros...
Santa María la Real de Nájera
Como os decía ayer, Nájera está de fiestas y la verdad es que se notaba viendo las caras y las ojeras de más de uno en la cafetería de nuestro hostal, donde nos hemos metido un buen desayuno. Hemos salido de allí a las 9 con intención, primero, de que nos sellasen la credencial en el albergue de peregrinos de Nájera y, después, de visitar la iglesia de Santa María la Real, que no abre hasta las 10. Nuestro gozo en un pozo, por partida doble.
En primer lugar, porque el albergue estaba cerrado y no abría hasta la hora de comer. Ya nos ha pasado más de una vez aquí en La Rioja que nos encontramos con albergues cerrados por la mañana... Pues con los dormilones que somos nosotros, si llegamos a estar alojados ahí, seguro que nos echan a patadas, jejeje... Así las cosas, nos vamos entonces a la iglesia de Sta. María a visitarla y que nos pongan el sello allí. Pues también mala suerte. Hay que esperar hasta las diez y media por culpa de una vuelta ciclista que ha dejado en un atasco a la encargada de abrir la iglesia al público.
Con todo esto, vamos a empezar la etapa con un considerable retraso. Pero valió la pena la espera para ver la preciosidad de iglesia-monasterio de Santa María la Real: me quedo con el claustro y con una cueva que hay dentro de la iglesia, donde se conserva una imagen de la Virgen y, que está cerca de los sepulcros de personajes medievales que yacen aquí, como la reina Blanca de Navarra. Además, nos pusieron el sello en la credencial de peregrino y, en calidad de peregrinos, disfrutamos de nuestro primer descuento del Camino para acceder a la iglesia.
Azofra y Cirueña... ¡Muchísimo calor!
A las 11 salimos de Nájera y, para ir abriendo boca, lo primero que nos encontramos es una empinadísima cuesta que transcurría por una zona de monte. Tras la cuesta, el terreno se allana de nuevo y regresan los viñedos que nos han acompañado en las etapas riojanas.
Entre viñedos, este llano tramo hasta el pueblo de Azofra, a 6 km de Nájera, era agradable de recorrer. En el horizonte se veían las montañas todavía nevadas de los Picos de Urbión y de la Sierra de la Demanda. Cuando llegamos a Azofra, el calor ya apretaba lo suyo. Aprovechamos la ocasión para beber agua fresca y renovar nuestras botellitas.
Desde aquí el camino hasta Cirueña, que era el siguiente (y último) pueblo antes del final de etapa, transcurrió en medio de un ambiente que rozaba a veces el bochorno, con el sol pegando lo suyo y sin apenas sombras. En algún momento nos detuvimos un ratito a descansar en la hierba, con nuestras mochilas como únicas sombras disponibles. Para colmo, la entrada en Cirueña se hace tras subir una cuesta interminable, luego de dar un rodeo larguísimo a una urbanización (con campo de golf incluido), de modo que cuando llegas a Cirueña estás medio muerto.
El aspecto de la peregrina Laura, en particular, es un poema una vez que la etapa atraviesa su ecuador: primero camina alegremente al compás de su bastón "tic-tac-tic-tac"; más tarde camina con un paso desigual "tac...tac...tac"; al cabo de un rato, el bastón va literalmente arrastrándose por detrás de ella "ratactactactactactac"; finalmente, parece que es el bastón quien la lleva a ella, que lo agarra como si de un remo se tratase "toc... ... toc... ... toc".
Deshidratados, colorados como cangrejos, medio quemados... así es como llegamos Los 4 peregrinos al bar Jacobeo. Eran las tres de la tarde y aprovechamos la paradita para comer (y muy bien, por cierto) y dejaros el mensaje que ya habéis visto en el blog. En la tele estaba Nadal dando buena cuenta de Federer en la final del torneo de tenis de Montecarlo: ganó Rafa 7-5 7-5.
En el pueblo del Santo
Después de Cirueña, el camino era llano al principio, y de suave y agradable bajada más tarde. Más aún cuando comenzó a divisarse, al fondo, la torre de la catedral de Santo Domingo de la Calzada.
Este camino transcurría entre verdísimos campos de cereales y apenas si veíamos algún peregrino. Destacar solamente a una joven peregrina alemana que hacía etapas de ¡¡40 kilómetros!! y tan fresca ella. Nuestra llegada a Sto. Domingo se produjo alrededor de las 6 de la tarde y, como pasamos delante del albergue de peregrinos, aprovechamos para sellar ahí nuestras credenciales.
Nuestro hotel es pequeñito pero bastante acogedor y lo mejor que tiene es que se encuentra muy céntrico. Tras descansar un par de horitas (con uso intensivo del botiquín incluido), quedamos a eso de las ocho y media de la tarde para dar un pequeño paseo por el pueblo y cenar.
No pudimos entrar en la catedral porque ya estaba cerrada pero sí que estuvimos en uno de los dos paradores de Santo Domingo (el que está junto a la catedral), que es otra preciosidad, y tomarnos alguna copita en él. Hubo alguna que otra discrepancia con las consumiciones, ya que un zumo de tomate (según nosotros) acabó convirtiéndose en un Bloody Mary (según el camarero), que valía el doble. No estábamos para muchas discusiones, así que pagamos y en paz. A las 10 de la noche nos fuimos a cenar unos platos combinados en una cafetería y después hubo tiempo, incluso, de tomarse unos buenos copazos en un pub irlandés próximo.
Mañana abandonamos La Rioja
Bueno, pues esto es lo que ha pasado hoy. Ya estoy de nuevo en la habitación. Dentro de unos minutos me meteré en el sobre... Huy, parece que fuera está tronando... Ah, no... Es el peregrino Juanma que ya se ha quedado sobado con esa cara de angelito sin afeitar que pone siempre...
Pues mañana dejamos La Rioja y entramos en Burgos. La etapa tiene 23 kilómetros con un perfil de suave ascenso. Y parece que a partir de mañana el tiempo cambia: viene el frío y, quizás, nos encontremos con algo de agua también. Mañana os lo cuento. ¡Buen camino!
Videomontaje fotográfico de la etapa
(música de Edvard Grieg "La mañana")
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3 comentarios:
Miguel,a cualquier cosa llamas "empinadísima cuesta". Total, era una rampa que no pasaba del 10%.
CIRUEÑA. ¡¡ Que agradable la llegada a este pueblo !!
Bajo un sol de justicia, lo que creíamos que era el pueblo era una urbanización con un moderno campo de golf y nos tocó andar casi un kilómetro más para llegar.
Hombre, Juanma, para mí, cuando voy andando, por encima del 2% ya me parece bastante empinado, eh!
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