sábado, 28 de abril de 2007

CS2007 – Etapa 0 (St Jean)




Saint Jean Pied de Port (Francia), 28 de abril de 2007. Es casi medianoche y ya va siendo hora de irse a dormir. Aquí estoy en la habitación del hotel con el peregrino Juanma (cada uno en su cama, eh!), en este precioso pueblecito francés del norte de los Pirineos. Los peregrinos Laura y Toñín ocupan la habitación de al lado. Vaya día más intenso... ¡y los que nos esperan, especialmente el de mañana! Llevamos en este pueblo desde las seis de la tarde más o menos y os cuento cómo ha sido el día.


Viaje en tren de Madrid a Pamplona

Esta mañana, a las 9, hemos quedado en la estación de Atocha, donde hemos disfrutado de nuestro primer desayuno del CS. Ya ni me acuerdo de lo que me he comido, pero seguro que estaba bueno, porque la bollería abundaba. El peregrino Toñín nos dio a cada uno una pequeña vieira gris a modo de recuerdo de este primer año del Camino. Nos hicimos las primeras fotos en la estación y a las 9:50 horas, conforme al horario previsto, nuestro tren se puso en marcha. Aproveché ese momento para entregar a los demás peregrinos unos cuadernillos con información de todas las etapas y alojamientos, que había estado preparando en estas últimas semanas.

El ambiente en el grupo es magnífico. Todos estamos enormemente ilusionados con esta aventura y no tenemos ni la menor duda de que saldrá perfecta. Hasta parece contagiarse del "buen rollo" reinante la azafata del tren que ha tenido una graciosa "metedura de pata" cuando, una vez que arrancó el tren, habló por megafonía de la siguiente manera: "señores pasajeros [...] les anunciamos que el viaje hasta Pamplona durará treinta y tres horas... [carcajadas] ... perdón, tres horas y treinta minutos". Menudas risotadas en el vagón, hasta la propia azafata a duras penas contenía la risa cuando terminó de hablar. Sin duda, este viaje empieza con muy buen humor.

El buen tiempo nos ha acompañado justo hasta entrar en tierras navarras. Aquí ya se ha puesto a llover y espero que no sea un mal presagio para los próximos días. El tren ha llegado a Pamplona a las 13:20 horas, con absoluta puntualidad. Como no nos sobra mucho tiempo, ya que hay que estar antes de las 18 horas en Saint Jean, hemos comido en la misma estación de Pamplona a base de platos combinados. Incluso nos hemos dado el gustazo de pedirnos un pacharán de la tierra (y no va a ser el último del viaje...).


De Pamplona a Saint Jean...

En la cafetería de la estación nos facilitaron el teléfono de los taxis y hemos pedido uno para que nos lleve a Saint Jean. Lo cogemos a eso de las 4 de la tarde (nos cobrará casi 90 euros por el trayecto). Desde el taxi podemos ver lo que será nuestro paisaje de los próximos días, puesto que el martes nos toca la etapa que concluye en Pamplona. Vemos cómo abundan los bosques de hayas y robles e, incluso, en algún momento divisamos la presencia de peregrinos que están haciendo el Camino.

Yendo hacia Saint Jean, el taxi para unos minutos en el hotel de Roncesvalles donde pernoctaremos mañana. Nuestra primera intención es dejar aquí tres de las cuatro mochilas para llevar únicamente lo imprescindible a Saint Jean, de cara a la durísima etapa de mañana. Sin embargo, en seguida nos damos cuenta de que en una mochila no cabe todo lo que queremos llevarnos así que, finalmente, dejamos en el hotel de Roncesvalles dos mochilas y nos llevamos a Saint Jean las otras dos: en una, los peregrinos Toñín y Laura meterán sus cosas; y en la otra, el peregrino Juanma y yo. De paso, hemos tenido ocasión de ver el hotel que nos espera mañana en Roncesvalles, La Posada, que parece muy majo.

De Roncesvalles a Saint Jean hay media hora de taxi a lo largo de una estrecha y sinuosa carretera. Esta carretera constituye una de las dos opciones para realizar mañana el Camino hacia Roncesvalles. La otra, mucho más dura pero, sin duda, la más atractiva, es a través de la montaña. Si el tiempo lo permite, elegiremos esta última.

Por fin, a las cinco y media llegamos a nuestro hotel en Saint Jean Pied de Port, el Hôtel des Remparts, justo a la entrada del pueblo, que nos recibe con una lluvia intermitente. Tras pagar al taxista, nos registramos en la recepción del hotel.


Paseo por Saint Jean: nuestro primer sello en la credencial

Dedicamos toda la tarde a pasear por el pueblo. La lluvia arreciaba por momentos, de modo que fue la ocasión de estrenar los ponchos. Protegen muy bien de la lluvia pero dan un calor infernal. El peregrino Toñín, que ha tenido una semana de trabajo muy intensa en Madrid, se queda descansando en la habitación: por esta razón no aparece en las fotos y vídeos que grabamos por Saint Jean. Los otros tres peregrinos nos recorrimos todo el pueblo, incluida una vieja fortaleza que domina la villa y un bello puente sobre el río.

Saint Jean es una preciosidad: un pueblo medieval con muchas reminiscencias vascas (no hay que olvidar que estamos en el País Vasco francés). En él se respira por todos los sitios el espíritu jacobeo: peregrinos, albergues, tiendas de recuerdos... el Camino de Santiago está siempre presente. Aprovechamos la ocasión para estrenar aquí nuestra credencial de peregrino con el primer sello del Camino en la Asociación de Amigos del Camino de Saint Jean.




Como estamos en Francia, se cena pronto. No nos descuidamos y encontramos un sitio donde poder cenar Los 4 peregrinos a las 9 de la noche. Comimos bien y nos reímos bastante, bromeando sobre lo que nos espera mañana y sobre el olorcito que debe respirarse en los albergues por la noche (sudor, pies, ...). El camarero era un poquito borde y nos tuvo un rato esperando hasta que nos trajo una botella de agua que le habíamos pedido. Cualquier tema era motivo para explayarnos a gusto. Al terminar de cenar, ya de noche, intentamos encontrar algún sitio abierto donde tomarnos alguna copeja, pero no tuvimos mucha suerte. La verdad es que tampoco lo buscamos con mucho interés pues no nos apetecía demasiado quedarnos hasta muy tarde teniendo en cuenta lo que nos espera mañana, así que en seguida regresamos al hotel para recogernos por hoy.


Mañana nos ponemos en marcha... ¡Qué miedo!

Bueno, pues mañana es la hora de la verdad: llega la primera etapa, que nos llevará a Roncesvalles y se presume muy dura. Hemos quedado a las 8 de la mañana para desayunar en el hotel. Después, casi seguro que tomaremos la denominada "ruta de Napoleón", o sea, por la montaña (en vez de por la carretera), para ir a Roncesvalles. Tenemos que llegar allí antes de las 6 de la tarde para escuchar la Misa del Peregrino en la Colegiata que es algo así como el ritual de partida del peregrino hacia Santiago. No hay que olvidar que muchos peregrinos comienzan el Camino en Roncesvalles. Esta Misa tiene lugar todos los días a las 8 de la tarde salvo los domingos, como mañana, en que se adelanta a las 6.

Bueno, pues ahora sí que toca recogerse. Espero que el peregrino Juanma no ronque muy alto. Mañana más.


Videomontaje fotográfico de la jornada
(música de Enya "Watermark")





3 comentarios:

Juanma dijo...

El peregrino Juanma NO RONCA sólamente respira fuerte.

Miguel dijo...

Jojojojo... Espera a ver el artículo de la etapa siguiente y saldremos todos de dudas sobre quién ronca aquí y quién no... jojojojojo!!!

Anónimo dijo...

El tiempo pasa,
los recuerdos quedan"
(José Rúa)