miércoles, 2 de mayo de 2018

CS2018 — Etapa 4 (Camino de Bruma)


¡Hola peregrin@s! Esta noche os escribimos desde el lugar de Mesón do Vento, a dos kilómetros del albergue de Hospital de Bruma, donde ha concluido la etapa reina de este Camino Inglés. El día ha estado muy pasado por agua pero al menos nos hemos llevado la agradable sorpresa de que, con el cambio de trazado de la Xunta de Galicia, esta etapa se ha recortado en cuatro o cinco kilómetros respecto de la previsión inicial, sobre todo en la parte de mayor pendiente.

La etapa ha transcurrido por completo por los montes y bosques de la Galicia profunda. No hemos atravesado ni un solo pueblo o ciudad, solo pequeñas aldeas... Bueno, ahí va el relato de hoy...

Salida de Betanzos con madrugón

No ha parado de llover en toda la noche... Y además, con viento. Las ráfagas de aire y agua se estrellaban una y otra vez contra la ventana de la habitación en nuestro hotel de Betanzos, con lo que era difícil conciliar el sueño.

Y por si fuera poco, como se preveía una etapa larga, anoche acordamos levantarnos una hora antes con respecto al horario habitual.

Así que, con alguna que otra ojera, y bastantes caras de sueño por la tempestuosa noche pasada, nos ponemos en marcha a las ocho y media de la mañana, tras desayunar de bufé en el propio hotel de Betanzos.

Hace una mañana de perros, con tiempo frío y ventoso y una lluvia intermitente. Vamos, las "mejores" condiciones para acometer la etapa reina de este Camino Inglés: 28,5 kilómetros hasta Hospital de Bruma, un albergue de peregrinos situado en medio del monte en el municipio coruñés de Ordes.

Los primeros kilómetros transcurren por pequeñas pistas rurales asfaltadas y lo único destacable de este tramo es el pequeño puente de piedra de As Cascas, sobre el río Mendo, que cruzamos justo a la salida de Betanzos. En algún momento la lluvia daba algún respiro, pero por poco tiempo. Los ponchos eran indumentaria obligatoria en la etapa de hoy.



Por tierras de Abegondo

Las pistas asfaltadas se convirtieron en caminos de tierra por el monte una hora después de salir de Betanzos. Hacia el kilómetro 8 de etapa, a las 10.30 horas, llegamos a la aldea de San Estevo de Cos, en el municipo de Abegondo, el mismo donde el Dépor tiene su ciudad deportiva (que no llegamos a ver). En la aldea destaca su bonita iglesia.

Apenas si se ve un alma por estas tierras. Tan solo algún grupito de peregrinos que nos siguen a cierta distancia. Entre ellos, un trío de peregrinas.

Ahora el camino alterna tramos de arcén de la carretera con otros de monte de eucaliptos.





Tentempié en un mesón medieval

Por fin, a las 11.45 horas llegamos a Presedo, kilómetro 12 de la etapa, lugar donde se encuentra un precioso mesón con decoración medieval. Se llama Xente no Camiño y es nuestra única opción para avituallarnos hasta el final de etapa. La aprovechamos bien. Estuvimos nada menos que una hora aquí. Nos pusieron dos sellos en la credencial: el del propio local y el de la cercana iglesia. Además, nos tomamos bollos y bocatas (tamaño XL) y encargamos otros para el camino.

Este lugar es una maravilla, la decoración y el ambiente son preciosos y aquí coincidimos, por primera vez en mucho tiempo, con más peregrinos. Sin duda, el mejor momento del día que aprovechamos para enviar mensajes a nuestros amigos de Madrid.



Hablamos un poquito con la encargada del mesón. Sus bizcochos son muy apreciados en la zona y, sobre todo entre los peregrinos. Nos comentó que la Xunta de Galicia ha rehabilitado esta etapa del Camino, recortándola en algo más de cuatro kilometros y suavizando notablemente su perfil.

De nuevo nos lanzamos al monte

A las 12.45 h reanudamos la marcha. Sin duda, ese alto en el camino nos cambió la cara. Y también al tiempo, porque ya no llovía. Seguíamos alternando tramos a pie de carretera con otros de monte. En media hora escasa alcanzamos otra aldea, Santa Eulalia de Leiro, con su iglesia, y un hermoso caballo "custodiándola". Es prácticamente una repetición del paisaje que nos estamos encontrando a lo largo de la jornada.

A partir de aquí, el trazado de la etapa nos tiene un poco perdidos porque no se parece demasiado a la hoja de ruta prevista. Así, a las dos de la tarde, llegamos a un pequeño embalse con el que no contábamos, el embalse de Beche, donde había una pequeña zona recreativa.

Poco a poco el tiempo se iba estropeando, aunque aún no llovía. Pasadas las tres de la tarde estábamos buscando un buen lugar donde comernos los bocatas de embutido que nos habían preparado en el mesón. Como nos hallábamos en un tramo de arcén de la carretera no se nos ocurrió un sitio mejor que una pequeña parada de autobús que, al menos, estaba a cubierto.

La peregrina Isabel prefirió quedarse justo enfrente, al lado de los contenedores de basura... Creo que Juanma y yo elegimos mejor.

Mientras procedíamos a despachar nuestros suculentos bocatas el viento iba arreciando, cada vez más acompañado de agua. Así que, en cuanto terminamos de comer, nos pusimos los ponchos para acometer la que iba a ser la última hora de etapa.



Fin de etapa en Bruma y traslado al hotel

Tras reanudar la marcha nos tocó andar una media hora por el arcén de la carretera, con una lluvia molestísima y los coches pasándonos muy cerquita. Esto ya lo hemos vivido en otros momentos. La cara más fea del Camino, sin duda. Como no sabíamos en realidad cuánto nos faltaba para nuestro destino, por aquello del cambio del itinerario, lo llevábamos aún peor.

El último tramo hasta el Hospital de Bruma, aún con lluvia, fue más agradable ya que caminábamos nuevamente por el monte. Aquí coincidimos con un grupito de peregrinos que presagiaban que el final de etapa estaba cercano y animaban a Isabel, a la que se veía algo cansada.

Probablemente este grupito procedía del Camino Inglés que empieza en La Coruña ya que ambos ramales, el de La Coruña y el nuestro, el de Ferrol, se unen poco antes de llegar a Bruma en un lugar que no pudimos identificar.  De ahí el notable aumento de peregrinos en la parte final de la etapa.

Y, casi sin esperarlo, llegábamos al final de la etapa de hoy: a lo lejos se intuía un conjunto de casas y, entre ellas, el edificio del albergue. A las cuatro y media de la tarde, en medio de una fina lluvia, llegamos al albergue de peregrinos del Hospital de Bruma, final de la etapa de hoy. La mayoría de peregrinos, salvo apenas media docena que se quedan en el albergue, tenía su alojamiento a 2 km en Mesón do Vento, como nosotros. Así que, mientras llamamos al hotel y esperábamos a que nos recogieran, departimos unos minutos con el hospitalero de Bruma, que selló nuestras credenciales.

A las cinco de la tarde ya estábamos en nuestro hotel de Mesón do Vento, población que, en realidad, no es más que un cruce de caminos donde hay una gasolinera, un par de hoteles y poco más. La mayoría de peregrinos con los que hemos coincidido hoy, salvo los que duermen en el albergue, estamos repartidos entre esos dos hoteles. Mañana reanudaremos el Camino desde aquí mismo.



Tarde-noche de naipes en Mesón do Vento

Como cada vez llovía más afuera, y con frío, pues nos encontramos en un pequeño alto, no nos hemos movido de nuestro hotel de Mesón do Vento desde que llegamos. La habitación donde estamos tiene cuatro camas y nos hemos echado una bien merecida siestecita.

Luego hemos bajado a la cafetería del hotel donde hay una más que oportuna chimenea que está en pleno funcionamiento. Y hoy la tarde ha ido de naipes. Juanma nos ha enseñado a jugar al chinchón y, como suele pasar muchas veces, los discípulos han terminado por superar al maestro. Una vez ganaba Isabel, otra yo... Pero el pobre Juanma no tenía su tarde.

Así pasamos las horas hasta la cena. Hoy, platos combinados. Y en la tele, la otra semifinal de la Champions. El Liverpool jugará la final contra el Madrid tras eliminar a la Roma en un buen partido.

Y tras la cena, pelotazos y más cartas. Y Juanma tampoco mejoró sus prestaciones jugadoras en la sesión nocturna. Prometió revancha en la etapa de mañana, en Sigüeiro. Seguro que la habrá.



La etapa de mañana

Y mañana, la penúltima etapa: 25 kilómetros hasta Sigüeiro, una localidad a orillas del río Tambre que se encuentra ya a menos de 20 kilómetros de Santiago. Parece que el tiempo va a ir a mejor lo que queda de Camino.

¿Qué tal se nos dará el día? ¿Habrá osos o lobos en el recorrido? ¿Conseguirá desquitarse Juanma de las humillantes derrotas que ha recibido hoy jugando a las cartas? Pues ya sabéis, eso y otras cosas... os lo contaremos... ¡mañana! ¡Buen Camino!

Videomontaje fotográfico de la etapa
(música de Lana Del Rey ft. The Weeknd "Lust For Life")







1 comentario:

Juanma dijo...

Jornada pasada por agua. Extraordinario el avituallamiento en el Mesón "Xente no Camiño", donde pudimos degustar unos buenísimos bocadillos y dulces.
Agradable conversación con el hospitalero del albergue de Bruma.