¡Hola peregrin@s!
Esta noche os escribimos desde la muy jacobea villa de Padrón, famosa por sus pimientos y por la poetisa compostelana Rosalía de Castro, cuya casa donde pasó sus últimos años se halla a pocos metros del precioso hotel donde estamos alojados.
Aquí hemos llegado tras caminar una etapa de 18 kilómetros, con perfil ondulado, desde Caldas de Reis. El tiempo continúa siendo estupendo, más soleado si cabe que los días anteriores, y nuestros pies siguen aguantando como jabatos. Este Camino se nos va a quedar corto...
Buenos pues no me enrollo más y paso al relato de la etapa de hoy...
Salida de Caldas
Por mucho que lo intentamos no hay manera... No hay forma de comenzar una etapa antes de las 9.30h, hora en que hemos arrancado tras desayunar en la cafetería de nuestro hotel de Caldas, el hotel Lotus, con nombre de coche.
En los primeros metros hemos recorrido el casco urbano de Caldas y nos hemos cruzado más de una vez con más peregrinos y, entre ellos, las dos peregrinas que os comenté en la etapa de ayer, que parecen seguir un paso muy parecido al nuestro.
Los primeros kilómetros son una prolongación del paisaje que estamos viendo todos estos días: caminos entre viñedos emparrados, tierras de cultivo y pinares.
La presencia de peregrinos, andando o en bicicleta, es constante. No es que sean especialmente numerosos, pero cada cierto tiempo vemos alguno. Así las cosas, casi sin darnos cuenta nos vamos acercando a nuestra primera referencia del día.
Santa Mariña de Carracedo
Tras cruzar nuestra entrañable carretera N-550, a las once de la mañana llegamos a la población de Santa Mariña de Carracedo, la primera referencia de hoy. El pueblo está dispuesto en cuesta. En su parte baja, junto a la carretera general, está el bar, con el sello del peregrino, que estampamos en nuestra credencial.
En este bar hacemos nuestra habitual parada de alrededor de media hora en cada etapa para tomarnos unos bocatas. El bar es testigo del paso de los peregrinos: cuando unos llegamos, otros recogen sus bártulos y se van. El bar tiene, además, un curioso habitáculo con las paredes dispuestas a modo de mural para que los peregrinos escriban cosas. Nosotros también lo hacemos (aunque no lo mostramos en ninguna de las imágenes). Por cierto, que en el vídeo que os ponemos de este bar aparecen las dos peregrinas que os he comentado antes.
Reanudamos la marcha a las once y media y el Camino nos lleva a la parte alta del pueblo, donde destaca la iglesia de Santa Mariña. Frente a ella, un agricultor está en plena faena de siembra y mantiene una conversación con Toñín, que se interesa por los cultivos del lugar.
San Miguel de Valga
La siguiente referencia de hoy es el pueblo de San Miguel de Valga. que alcanzamos a la una de la tarde tras deambular durante hora y media por senderos de campo y monte con presencia de alguna pequeña cascada también.
Aquí nos reencontramos con el asfalto que ya apenas si abandonaremos hasta el final de etapa.
Pontecesures
El Camino discurre junto a la carretera N-550 y atraviesa pequeñas aldeas y zonas de nueva edificación hasta alcanzar, a las dos de la tarde, el pueblo de Pontecesures, el último de la provincia de Pontevedra.
En Pontecesures nos detenemos un momento en un bar donde nos ponen dos sellos en nuestra credencial: el de la cercana iglesia de San Xulian de Pontecesures, y el del propio bar, un sello templario. Asimismo, el encargado nos recomienda tomar un atajo para acceder a Padrón ya que comenta que el trayecto señalizado da demasiadas vueltas innecesarias. Decidimos hacerle caso.
Siguiendo el río Sar llegamos a Padrón
Cruzando el puente sobre el río Ulla cambiamos de provincia. Ahora estamos en la de La Coruña. Y unos metros más adelante nos encontramos con el río que cruza Padrón, el Sar. Caminando por su orilla llegamos hasta Padrón. Pasadas las dos y media de la tarde.
Nuestro hotel lo encontramos enseguida, se halla muy cerquita del centro de la localidad. Se trata de un edificio del siglo XVIII, muy bien conservado. Accedemos a nuestra habitación subiendo por unas escaleras de madera. La verdad es que el hotel es una preciosidad, pequeño, coqueto y muy cuidado.
Nuestra habitación está justo encima de la puerta principal con vistas a la entrada.
En el hotel de Padrón nos recomendaron un sitio cercano donde se come muy bien. Y eso hicimos. Nos pedimos unos entrecots de 21 euros. Buenísimos. Nos pusimos morados a zampar. Os remitimos al vídeo correspondiente.
El Pedrón de Padrón
Tras la opípara comida, paseíto por la ciudad. Muy bonita. Sellamos nuestras credenciales primero en el albergue y, una vez que abrieron, después de las cinco, en la iglesia de Santiago. Mientras abrían esta emblemática iglesia padronesa dimos un pequeño paseo por la villa.
Destaca el puente de Santiago sobre el río Sar, la iglesia de Santiago junto al puente, y el convento del Carmen (siglo XVIII), que podéis ver detrás de nosotros en la foto anterior de grupo, sobre el puente.
Pero quizás el monumento más emblemático sea la iglesia neoclásica de Santiago, lugar donde se aloja el Pedrón, un monolito de piedra donde supuestamente amarró la barca que trajo al apóstol Santiago. Aunque, por lo visto, su origen es bastante más antiguo...
Hubo que esperar a las cinco de la tarde a que abrieran la iglesia para poder visitarla y colocar el último de los sellos de la etapa de hoy.
Después de este primer reconocimiento por la ciudad, decidimos que era una buena hora para ir a afinar los serruchos en la habitación del hotel. Así que, pasadas las cinco y media de la tarde, nos recogimos en nuestro aposento.
Paseo por la tarde y cena
A las ocho y media de la tarde, tras otra melodía vespertina de serruchos y martillos pilones, retomamos la actividad. Salimos a dar otra vuelta por la ciudad, pero esta vez más orientada a tomarnos alguna cervecita o algún caldo de la tierra.
En una taberna del pueblo presenciamos la clasificación del Benfica para la final de la Liga Europea mientras degustamos algunos productos típicos de la zona. Por el camino nos detuvimos en algún rincón típico de Padrón, como el monumento a las pementeiras.
A las diez y media cenamos en una cafetería de Padrón y luego nos recogimos definitivamente para afrontar la etapa de mañana.
La etapa de mañana
Precisamente, la etapa de mañana, la que nos lleva a Santiago, será la más larga de todo el recorrido. Casi 24 kilómetros y todos ellos cuesta arriba. En cualquier otra de las ediciones del Camino que hemos recorrido, esta última etapa de mañana pasaría más o menos desapercibida por su longitud y perfil pero este año, visto lo visto, es la etapa reina. Pero, como siempre, eso os lo contaremos... ¡mañana!
¡Buen Camino!
Videomontaje fotográfico de la etapa
(música de China Crisis "Christian")
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